Templo parroquial de San Gabriel, Jalisco, 2025. (Foto cortesía)
José de Jesús Guzmán Mora*
Pasaron los días de la fiesta patronal; poco a poco, casi sin notarlo, las calles de mi pueblo han vuelto a la normalidad, al silencio y la paz de la que se goza cotidianamente; no se escucha en la madrugada el estrépito de los cohetes que surcan el aire matutino, vespertino o nocturno.