José Luis Vivar
Si existió un personaje importante a nivel mundial antes de la llegada de internet y las empresas de paquetería, ese era el cartero. Ataviado con su uniforme, gorra, la valija llena de correspondencia, silbato y bicicleta, el señor cartero era alguien que recorría las calles de las poblaciones llevando cartas, tarjetas postales, pequeños paquetes y publicidad. Todos los días se anunciaba antes de llamar a la puerta, y si el destinatario no estaba, metía por debajo de la puerta lo que pudiera dejarse. En caso contrario dejaba un aviso para que pudieran pasar a la oficina de correos a recoger su envío.