Ing. Francisco Javier Sánchez Gómez*
“Somos más o menos treinta mil. Unos dicen que más, otros que menos”1 así da inicio una da las obras cumbres de la literatura nacional. Me refiero a La Feria (Primera edición: 1963, inaugura la serie del Volador de la Editorial Joaquín Mortiz, S.A. con Diseño de Vicente Rojo) del ilustre escritor zapotlense Juan José Arreola (1918-2001). Que el pasado 21 de septiembre cumplió un aniversario más de su natalicio. “La Feria” deambula por pequeñas estampas, en muchos de los casos minúsculas, de contenido literario e histórico en un juego paisajístico que se deja leer de una forma casi mágica. Si quisiéramos definir la obra pudiéramos invocar el trabajo de la Dra. Sara Poot Herrera titulado La Feria, una Crónica Pueblerina que se refiere al texto de la siguiente manera: “Voces y fragmentos en primera, segunda y tercera personas; tiempos presentes que reafirman una cotidianidad o que actualizan el pasado histórico; platicas y comentarios, reflexiones en voz alta y en voz baja; ejercicios de escritura y una oralidad muy viva ponen a funcionar pasajes bíblicos, documentos, canciones, coplas y cantares populares, apuntes, juegos de palabras, diarios de enamorados, leyendas, escenas confesionales, adivinanzas, anónimos, sentencias, refranes y dichos populares, cartas, prácticas literarias, noticias periodísticas, oraciones religiosas, letanías y plegarias, entre otros elementos”2.