Víctor
Hugo Prado
En 43 senadores recae la enorme responsabilidad de impedir la aprobación de la reforma judicial que impulsa el presidente López Obrador. De ellos, basta que uno se enferme, no asista porque se quedó dormido, lo choquen en el trayecto, decida por voluntad propia o forzada irse a Morena o alguna de las fuerzas políticas que componen el oficialismo para perder el dique de contención de los 43 y le dé mayoría calificada al oficialismo para lograr la anhelada mayoría que les daría facultades, no solo para aprobar una reforma judicial al vapor, sino para hacer cambios constitucionales que dinamite al sistema democrático, ese que permitió a López Obrador alcanzar la presidencia en 2018.