Víctor Hugo Prado
Recientemente tuve la oportunidad de leer un artículo sobre la escritura a mano que publica Milenio a Carlos Javier González Serrano, un filósofo que se define con alma del siglo XIX y es profesor de filosofía en Bachillerato y Universidad. El texto, hay que decirlo es una joya. Señala que “con una peligrosa normalidad, hemos olvidado el valor de la escritura a mano, que conecta nuestra corporalidad con nuestra psique en un ejercicio que potencia las capacidades cognitivas.” No podría estar más de acuerdo. La escritura a mano se está perdiendo en parte como él lo señala por lo ritmos acelerados que nos impone el mundo y sus nuevas condiciones de interacción comemos rápido, leemos y escribimos rápido, paseamos rápido, nos trasladamos rápido y muchas otras cosas más de manera rápida. Lo invito a que medite que tantas cosas más hace rápido, privándose de las bondades de la calma y la lentitud. Entre ellas diría la reflexión y la meditación, el análisis y la convivencia con la familia.