Abel Pérez Zamorano*
El
presidente, sus seguidores y los medios a su servicio proclaman con bombo y
platillo, la victoria de Claudia Sheinbaum y su “carro completo”: ¡la candidata
más votada de nuestra historia! Un acontecimiento de antología. Y por si eso
fuera poco, nos dicen eufóricos: será ¡la primera presidenta!, grandioso
acontecimiento, motivo de euforia nacional. Sin duda, nos dicen, es un
clamoroso triunfo democrático que la convierte en un fenómeno político fuera de
serie, y la coloca entre los grandes líderes mundiales. Pero todas estas loas
son vulgar pirotecnia mediática que ocultan la realidad. Vistas las cosas con
cuidado, la 4T no es tan convincente como aparenta.