Fernando G. Castolo
El sacerdote don Porfirio Díaz González refirió en alguna ocasión: "Hay otro templo debajo de este templo", a propósito de San Antonio de Padua, hermosa edificación de corte neogótico que adorna la mancha urbana de la ciudad desde hace casi un siglo. Inició su construcción el 14 de junio de 1886, depositando la primera piedra el Cura don José Homobono Anaya Gutiérrez, quien encomienda su original diseño al reconocido alarife zapotlense don José Hermenegildo Lepe Díaz, personaje que ya se había inaugurado en las tipologías arquitectónicas del neogótico en sendos portales que adornan los centros históricos de Colima, Sayula y San Gabriel. Se pensó en un predio, sobre la Calle Real, en el que se ubicaba el primitivo rastro de la ciudad, bastante insalubre, por cierto.