Otro
gran beneficio que podemos esperar del hecho de confiar nuestros defectos a
otra persona es la humildad — una palabra que suele interpretarse mal. Para los
que hemos hecho progresos en A.A., equivale a un reconocimiento claro de lo que
somos y quiénes somos realmente, seguido de un esfuerzo sincero de llegar a ser
lo que podemos ser.