Pedro
Vargas Avalos
El
poder es tan importante, que no debe estar concentrado. Por ello, la
Constitución separa el ejercicio del poder público, y crea los tres ramos que
se encargan de aplicarlo: legislativo, ejecutivo y judicial. En el siglo XIX, la
iglesia estaba protegida por el Estado mexicano, como desde la conquista
hispana, declarando que solo se reconocía una religión, que era la católica. Con
las leyes de Reforma, expedidas a partir de julio de 1859 y hasta febrero de
1861 por el Benemérito de las Américas, D. Benito Juárez, presidente de nuestra
patria, se llevó a cabo la separación de la iglesia y el Estado. Esas
trascendentes normas, fueron constitucionales al formar parte de la Carta
Suprema desde septiembre 25 de1873, siendo mandatario federal D. Sebastián
Lerdo de Tejada.