Bien
afirmaba el aguerrido político argentino J.W. Cook, (1919-1968) que “Los pactos
políticos entre fracciones adversas son siempre de mala fe”, agregando este
fogoso rioplatense,” aunque sean convenientes” para la contienda por el poder.
En México, la alianza incoherente (PRIAN) entre el Partido Revolucionario
Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN), que por sus ideologías
pareciera imposible, es claro ejemplo de esa frase.