Pedro
Vargas Avalos
En
nuestro país era invariable que cuando afirmaba el poder ejecutivo federal,
decretaba el poder legislativo o sentenciaba la Suprema Corte de Justicia de la
Nación (SCJ), el asunto de que se tratara había concluido. Como proclamaban los
antiguos: “Roma locuta, causa finita”, que se traduce como “Roma ha hablado, la
causa ha terminado”, es decir, cuando un determinado asunto había sido zanjado
por alguno de esos poderes, considerados en su ámbito de competencia como la
máximo autoridad, del tema ya no había que discutir mayor cosa; en general, eso
era expediente concluido.