Salvador
Encarnación
Se cumplieron nueve años de la desaparición de los cuarenta y tres alumnos de la normal de Ayotzinapa (aquella dolorosa y larga noche) y tal parece que ese delito no tendrá culpable. Kilómetros han caminado sus dolientes: padres, amigos y sociedad en general, primero exigiendo su presencia: ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos! Y ahora al menos el saber en dónde están para tener un sitio a dónde ir a llorarles. Aunque allá, en el fondo del corazón de sus padres, sigue encendida la llama de la esperanza por encontrarlos con vida.