Pedro Vargas Avalos
Nos
dice el diccionario que un ‘váguido’ es una indisposición pasajera que se
produce tras una situación de angustia o susto muy grandes. Esto es lo que ha
sobrevenido luego de que, con gran alharaca, se supo que el primer mandatario
nacional había suspendido su gira por el sureste del país, el pasado domingo 23
de abril estando en Mérida. Allí, se dijo -por un periodista de El Diario de
Yucatán, que luego éste medio agrandó y los políticos y pseudopolíticos, que
abundan, escandalizaron- lo siguiente: “según sus fuentes, el mandatario había
sufrido una complicación cardiaca cuando se disponía a desayunar en la Base
Aérea Militar Número 8 de Mérida dentro de un edificio conocido como Casa de
Piedra” (Ricardo Raphael, Milenio 24-04-023).