Aquiles
Córdova Morán
Desde
su nacimiento, hace poco más de 40 años, el Movimiento Antorchista Nacional
sostuvo con claridad que el problema básico del país, la matriz de donde nacen
y se alimentan casi todos los graves problemas, aparentemente independientes
entre sí, que nos aquejan, era y es la pobreza. En efecto, es fácil descubrir,
a poco que se piense, que flagelos tales como falta de vivienda; de servicios
básicos como agua, gas, electricidad y drenaje; escasos y deficientes servicios
de salud; mala calidad de la educación; marginación aguda de poblaciones
urbanas pequeñas y, más aún, de las comunidades campesinas; emigración del
campo a los centros urbanos del país y al extranjero en busca de empleo; el
crecimiento explosivo del ambulantaje y (hoy lo podemos agregar a la lista) el
igualmente explosivo crecimiento del narcotráfico y del crimen organizado con
su secuela de asesinatos, secuestros, robos a casa habitación, asaltos a mano
armada en la vía pública y un largo etcétera, tienen todos un origen común: la
pobreza y la desigualdad que afectan a la gran mayoría de los mexicanos.