Pedro
Vargas Avalos
El
sábado y domingo finales del reciente mes de julio (27 y 28) se realizó en toda
la faz de la república, una jornada sustancial para el partido político en el
poder a nivel federal (Morena) y sobre ese suceso se tienen diversos puntos de
vista, algunos de plano encontrados. Esto porque para la dirigencia nacional
del partido guinda, así para el mismo fundador y actual presidente de la
nación, el lance fue democrático, concurrido y pacífico; en cambio para los
críticos de la Cuatro T, hubo todo género de anomalías y prácticas
antidemocráticas e incluso ilegales, que merecen se anulen las susodichas votaciones
internas de los morenistas. En los pareceres emitidos sobre ese renglón, por
los impugnadores del siempre omnipresente poder ejecutivo federal, arrecian sus
críticas y refutaciones, señalando a los morenos como seguidores de los pésimos
procedimientos (robos de casillas, de boletas electorales, acarreos de
votantes, compra de votos, etc.) propios de los partidos tradicionales (PRI,
PAN, PRD, MC) que ellos criticaban ásperamente.