Fernando G. Castolo
Claro
que elevar a categoría de Diócesis a una población requiere de una observación
acuciosa que incluye, por supuesto, la religiosidad de la comunidad, pero
también la capacidad económica de las fuerzas vivas, la accesibilidad a la
ciudad sede, la disposición del inmueble en que residirá su Pastor: el Obispo
Diocesano, y un largo etcétera.