Rapto
Vienen de la alcoba.
¿Son de bronce, son de agua los cuerpos? Desnudos en el
tiempo, los pienso suspendidos: vacíos a la hora del rapto.
Se conforman, trazan un círculo aparente. Inclinan los
rostros. Va la mirada hacia ninguna parte, su estatismo es eterno. Es allí
donde siempre se han abierto a la espera. Al movimiento. Es la expectación
constante del que mira. No hay agitación; no hay fuerza. Él sostiene la mano de
la amante y toma su vientre. Delicado el impulso porque no hay resistencia.
Los pienso: parecen a punto de girar.