Masao Yanome Vargas
Jueves
4 de abril 2013
Crónica
no. 3
No sé a
qué hora me levanté, pero caminé por Santiago un rato, después fui al
restaurante de comida peruana de Mayte, platiqué con ella y su hijo. Luego me
dejaron solo para tomarme un café. En frente de mí, estaba una pareja de un
hombre y una mujer, que aparentaban ser expareja sentimental. Eran jóvenes. Su
plática giraba en torno a cómo los dos eran capaces de manipular sus sueños,
ellos lo llamaba “sueños inducidos” algo así como la psicomagia, se me hizo muy
arrogante – pero seguí escuchando. Eran presumidos, hablaban despiertos de lo
que podían lograr hacer dormidos. Claro, lo difícil no es soñar, lo difícil es
hacerlo realidad.
Mi
enojo era por la mujer, acaso ¿ella querría estar con un hombre tan tonto como
él? Estoy seguro que ella estaba aburrida y triste. Por cuestiones del destino
no nos conocimos, pero creo que era una buena persona.