Sin duda, que la Cámara de Diputados haya aprobado retirar del presupuesto a 13 de 14 fideicomisos del Poder Judicial de la Federación, es una venganza por no ser un poder a modo, por no someterse a los dictados del presidente. La pauta dada para afectar el presupuesto se basa en descalificar el funcionamiento del poder judicial, señalándolo de tener recursos excesivos al servicio solo de los ministros y en algunos casos de magistrados. El Poder Judicial que ahora está sometido al golpeteo, no solo presupuestal, no está a modo porque a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cabeza del poder judicial llegó la ministra Norma Piña, en contra de la voluntad del presidente. Fue el propio presidente quien también acusó de traición a dos ministros de La Corte por ir en contra de la transformación que él impulsa. Se olvidan que La Corte está para defender el cumplimiento de la Constitución y no para atender las órdenes que provienen desde otro Poder.