José Francisco del toro Navarro
Estamos
como la canción de Sandro, penas, penas y penas, bueno casi aquí son quemas,
quemas y qué más da plantar aguacates después de la quema y si no hay quema de
todos modos, no les importa pensar, que los pinos no los planto el hombre por
lo tanto el hombre no tiene capacidad de reponer el destrozo ecológico, se
piensa que reforestando es la solución al problema, eso pensó Atenquique la
fábrica de papel, hicieron plantaciones que no prosperaron y no se toma
experiencia porque no conviene hacer memoria, realmente a poca gente le importa
si hay o no hay pinos, pero si están al pendiente de partidos políticos, un mal
gobierno nos roba, pero un daño ecológico se acaba la vida, es tiempo de
valorar y dejar al olvido los aserraderos y respetar lo que no es nuestro, una
reforestación es rechazada por el mismo bosque, al igual que en tu casa falta
un miembro de la familia y te llevan dos desconocidos, los rechazaría la
familia, los que no olvidan no son tomados en cuenta, si vemos un perro en la
calle se enternecen por no tener hogar y que pasa cuando tumban un árbol,
cuantos animales sin casa que es el árbol, no se diga la quema de un bosque,
ahora sí creo que solo van a quedar penas, penas y penas para siempre.