Quien
me ha dicho, no hace mucho, que Julio Cortázar tuvo un espíritu muy cercano a
la Generación Beat, tiene razón. Su obra, su escritura y su actitud, lo
describen con fidelidad. Los beats fueron contraculturales, antimaterialistas,
anticapitalistas y fueron en contra de todo autoritarismo; se aproximaron sobre
todo a las religiones orientales, y se declararon de izquierdas; y siempre
estuvieron a favor de las luchas interraciales. En el arte “adoptaron una
actitud abierta hacia la cultura afro-norteamericana, algo que resultó muy
notable en el jazz y el rock and roll, aunque la Generación Beat manifestó una
abierta preferencia por el jazz moderno y un cierto desprecio por el rock and
roll”.
Beat es
un modo de ser, afirmó Allen Ginsberg.