Tengo
miedo del encuentro con el pasado
que
vuelve a enfrentarse con mi vida,
tengo
miedo de las noches que pobladas
de
recuerdos encadenan mi sufrir,
pero
el viajero que huye
tarde
o temprano detiene su andar…
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Borges
advierte en su libro Fervor de Buenos
Aires (1923), la pérdida de algunas costumbres y a la vez las retoma como
tema en sus poemas. De alguna forma esos mismos fondos son tratados en casi
toda la discografía de Carlos Gardel y son, a la vez que tópicos, retratos de
las tradiciones de un tiempo —ahora ya perdido— y ofrecen un registro de las
formas de vida de Buenos Aires, cuya transformación, ya iniciado el siglo XX,
se dejaba sentir y se vivía de una forma intensa; hecho que se extendió hasta
la primera mitad del siglo pasado y no solamente ocurrieron en el cono sur,
sino en todas las capitales latinoamericanas, debido, sobre todo, a la
migración de las sociedades rurales hacia la ciudad —donde seguramente
encontraron una mejor forma de vida.