domingo, 6 de abril de 2025

Reivindicar a Jalisco de patrañas insidiosas

 



Pedro Vargas Avalos



Recientemente se han difundido algunos embustes a costillas de la gran fama -reconocida a los cuatro vientos-, de Jalisco y sus habitantes. Es lamentable que no solo algunos dizques comentaristas, se hayan valido de acaecimientos como el reciente sucedido policíaco de Teuchitlán, sino que también se trae a colación espectáculos bochornosos y hasta acciones de políticos controversiales, como el relativo a varios exgobernadores y alcaldes, quienes se destacaron por sus yerros como autoridad.




De medio mundo es conocido lo referente al lamentable suceso del supuesto campo de adiestramiento narco en la delegación teuchitlense de La Estanzuela. Eso generó una lluvia de noticias de todo tipo, pero que en general dejaba mal parado al exgobernador Enrique Alfaro y a las autoridades municipales. Para las madres buscadoras, el exgobernador es uno de los responsables. Liado al crimen organizado, está el tema de los desaparecidos -grave problema a nivel nacional- ramo en que al Estado se le califica como el número uno de la república; con ello, se agigantan los daños que proyectan una pésima imagen de Jalisco y sus gobernantes.


Por si lo anterior fuera poco, con días de distancia, se presentó un programa de corridos musicales, pero no de los cantos populares y tradicionales que dieron notoriedad a los jaliscienses, (en actividades como el cine nacional forjaron su época de oro), sino de esos móndrigos canturreos que se denominan “corridos tumbados”, los cuales son condenados no porque sean composiciones artificiosas, sino porque son una especie de apología de los delincuentes y sus típicos excesos.





Un artículo publicado hace unos días, menciona: “Paradoja jalisciense. Apenas el miércoles de la semana pasada, en el mismo auditorio -TelMex en Zapopan- del concierto de Los Alegres del Barranco, el Gobernador Pablo Lemus había considerado que con lo del Rancho Izaguirre “era tiempo de tocar fondo”. Pero -asegura el escrito antedicho-, “El fin de semana exhibió otra realidad”. Es decir, La proyección de imágenes del líder -el Mencho- de un grupo del crimen organizado durante un concierto de la banda sinaloense “Los Alegres del Barranco”, en un auditorio propiedad de la Universidad de Guadalajara, no sólo fue apología a la criminalidad, sino exhibición indolente de autoridades y gentío ante el lamentable contexto de hechos reprobables suscitados en Jalisco. (Salvador Guerrero Chiprés, Sin Embargo, 1-04-2025).


Pero lo anterior no es un evento aislado. Sucede en muchos lugares. En las fiestas autlenses del carnaval pasado, se registró el caso de que un enviado del líder del narco en tales zonas, premiara a un jinete y este emocionado lo agradeció y el público que abarrotaba la plaza, lo ovacionó. La crónica nos la cuenta el comunicador Alejandro Domínguez: “En el carnaval de Autlán, Jalisco, hubo polémica por imágenes alusivas a “El Mencho”; se vendieron prendas con su caricatura y en un jaripeo dieron 50 mil pesos en nombre de “El Señor de los Gallos” (alex.dominguezB. Instagram, 4-5-2025). El colmo es que hasta los vendedores lucían playeras con la imagen del afamado narco. ¿Y las autoridades? Lo peor de la exhibición de tales manifestaciones “musicales”, a las que acuden miles de jóvenes, es que en sus textos se establece que los narcotraficantes son personajes de fama y dinero, por lo que sus seguidores y oyentes los pueden adoptar como modelos de triunfo. Los jóvenes suelen deslumbrarse con la riqueza, el poder y los fáciles modos de vida, lo cual conforme esos corridos se logran en el ambiente extralegal, es decir, ilícitamente; pero para el carácter juvenil, eso no es más que un reto, el cual suelen asumir, auto justificándose en su mente inexperta, para de esa forma ser inducirlos a esa manera de encarar la vida, pues para ellos tal senda es un modo normal de movilidad y superación. Pablo Lemus Navarro, el flamante gobernador que sucedió a Enrique Alfaro (quien se fue a España, tras entregar el poder) lamentó el espectáculo presentado en el TelMex por cultivadores de los corridos tumbados: a través de sus redes sociales señaló el ejecutivo jalisciense que tras lo ocurrido en el rancho Izaguirre es ya tiempo de tocar fondo y salir unidos para no repetir tales tragedias. Luego enfatizó: “Lo visto en el concierto… va en la dirección opuesta.





 Todos tenemos que hacer lo que nos toca para dejar de normalizar la violencia. No debe suceder en éste ni en ningún otro lugar de nuestro estado. En Jalisco estamos trabajando en todos los frentes para combatir cualquier manifestación de este tipo”.



Eso es necesario que todos lo hagamos. Sería imperdonable para los que nacimos o vivimos en esta hermosísima Entidad federativa, permitir que esos asuntos, y los consiguientes infundios y falacias que se difunden, perjudiquen la estampa singular que Jalisco ha tenido desde tiempos inmemoriales. Baste recordar que los aires de independencia aquí afloraron tempranamente con personajes como el sayulense Juan Antonio Montenegro (1769-1833), quien a fines del siglo XVIII -28 de septiembre de 1793- planeó la independencia nacional: descubierta su maquinación fue enjuiciado, encarcelado y desterrado. Después vino la conspiración del indio Mariano, tramada en Tepic -entonces parte de lo que hoy es Jalisco, llamada Intendencia de Guadalajara- y con implicaciones en Colotlán y hasta en la catedral tapatía; fue descubierta en enero de 1801y sofocada cruelmente por el intendente y presidente de la Real Audiencia de Guadalajara, José Fernando de Abascal y Souza, quien tiene calle en la ciudad, no así los insurrectos. Enseguida en esta urbe tapatía, se procesó al médico José Ma. Herrera (padre de los ilustres Herrera y Cairo) por sus ideas libertarias (1809) y se le desterró. Poco antes, el ilustre jalisciense Francisco Primo de Verdad y Ramos, (1760-1808) dio lustre a las ideas de soberanía popular en la ciudad de México, a consecuencia de lo que fue preso y luego asesinado.





En fin, también anotaremos que la segunda etapa de la guerra de independencia se llevó a cabo en Guadalajara, donde el padre de la Patria, D. Miguel Hidalgo y Costilla, estableció el primer gobierno independiente mexicano, abolió la esclavitud y publicó el primer periódico libre mexicano, “El Despertador Americano”, el 20 de diciembre de 1810. Jalisco logró la independencia antes que México (el 13 de junio de 1821) y fue la cuna de la república federal, surgiendo como Estado libre y soberano el 16 de junio de 1823, lo que le ganó el título de “Hermano Mayor de la Federación”. Fue teatro de la guerra de Reforma, un jurista tapatío creó el juicio de amparo y el pionero de la revolución fue el esforzado jalisciense Manuel M. Diéguez. Finalmente, ya asolo mencionaré al talentoso Luis Manuel Rojas, autor de la ley del municipio libre, diseñador del proyecto de Constitución federal y presidente del Congreso Constituyente que la aprobó en 1917.


Con cuanta razón, tras los tristes eventos antedichos, el ejecutivo estatal ha ordenado el veto a cualquier presentación pública relacionada con la Administración estatal que haga apología del delito, precisando que se debe adoptar “una legislación tanto federal, estatal y municipal para prohibir este tipo de narcocorridos y de apología del delito; claro que es posible prohibirlos y todos tenemos que hacer nuestra parte” (El Universal, 1-04-2025).


Lo anterior es inaplazable, para evitar que a nuestro bellísimo Estado lo enturbien. Porque recordemos que, en todos los órdenes, ya culturales, políticos, jurídicos, periodísticos, artísticos, musicales, cívicos o de esfuerzos de prosperidad y proyección de México, Jalisco se ha distinguido estelarmente. Incluso en el mundo entero, al hablar del país, no puede pasarse por alto el tequila, el mariachi y las artesanías; o se desea visitar nuestra agraciada laguna de Chapala, a la espléndida joya del Pacífico que es Puerto Vallarta o a nuestros emblemáticos pueblos mágicos; admirar la charrería y asombrarse con los notables lauros de nuestros deportistas.





Como se expresó el gobernador del Estado la noche del 3 reciente ante representantes de todas las fuerzas políticas jaliscienses: “Más allá de las diferencias, nos une una causa mayor: Jalisco y su gente. Porque cuando se pone por delante el bienestar de nuestro estado, no hay colores ni divisiones que valgan”. Es por ello-y muchas cosas más- que debemos reivindicar a nuestro Jalisco, desvanecer las patrañas que lo puedan manchar y por lo contrario, engrandecerlo aún más, para que al mismo tiempo que enorgullece a sus pobladores, fortalezca y exalte a la nación.



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