lunes, 7 de abril de 2025

Martín Adalberto Sánchez, poeta jalisciense




Carlos Axel Flores Valdovinos



En la Casa-Taller Literario “Juan José Arreola” se llevó a cabo la presentación del libro “Un adiós para Ramona” del poeta Martín Adalberto Sánchez Huerta. Presentación a cargo de Melquíades Durán Carvajal, poeta y artista que reside en Colima, Francisco Hernández López, actor y escritor perteneciente al Colectivo Alasletras, y el editor Carlos Axel Flores Valdovinos, director de la Editorial Cartonera Ateneo Tzapotlatena. Moderadora: Mtra. Azucena Rodríguez Anaya.



El investigador de las letras de Jalisco, Carlos Axel Flores Valdovinos presentó una breve semblanza sobre la vida y obra del poeta Martín Adalberto Sánchez Huerta, nacido en Tecalitlán, el 9 de octubre de 1964. Maestro de escuela primaria en localidades rurales abarcando desde el primer hasta el sexto grado durante mucho tiempo, principalmente en la Escuela Primaria “Basilio Vadillo”. También fue asesor de una Maestría en Educación en el Estado de Jalisco.


Pintor, muralista, escritor y promotor cultural, su trayectoria literaria y artística es notable. Ha participado en diferentes homenajes, presentaciones de libros, conferencias y en diversas exposiciones de pintura. Como pintor cabe mencionar el mural dedicado al ilustre de Zapotlán: “José Clemente Orozco” que se halla en el Restaurant “La Cascada” y una pintura-retrato en honor a Juan José Arreola, en conjunto con Francisco Hernández López, que durante mucho tiempo se exhibió en la Casa-Taller Literario “Juan José Arreola”.





Martín Adalberto Sánchez Huera fue ganador del Concurso de Cuento para Maestros en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en 1991, además de ser ganador de los Juegos Florales de Zapotlán el Grande en 2001 con su poema “Aguatriste”. Cabe destacar que también fue merecedor del premio al Concurso de Cuento del Encuentro Estatal de Valores de la Secretaría de Educación Jalisco en 2015. En ese mismo año, publicó su obra Territorios, gracias a la gestión del regidor Pedro Mariscal en el H. Ayuntamiento de Zapotlán el Grande. Su obra ha sido reconocida también en “La cristalina superficie del silencio. Los juegos florales de Zapotlán” (2018) compilación de Ricardo Sigala, también aparece en “Veintisiete escritores del Sur de Jalisco, antología del confinamiento” (2021), en el “Diccionario de Escritores en Jalisco, biobibliografía (1927-2002)” y en la “Enciclopedia de Escritores de Jalisco”, proyectos de investigación realizado por la Dra. Silvia Quezada.


Martín Adalberto Sánchez fue merecedor del concurso de cuento corto “Juan Rulfo” en San Gabriel. Hay que reconocer que en el Segundo Concurso Estatal de Cuento “Si las paredes hablaran...,” obtuvo el primer lugar con su obra “Como un pez helado que te muerde el corazón”. El dictamen fue emitido por el jurado calificador integrado por personalidades conocedores de la materia, como son: Orso Arreola Sánchez, Juan Manuel Preciado y José Luis Vivar Ojeda en el año 2008.





Otros premios y nombramientos honoríficos corresponden al Primer Certamen Internacional de Poesía “Natalio Valbuena Parra”, y mención en el Tercer Concurso Internacional de Poesía y Cuento “Julio Cortázar” en 2024 con su poema: “Instante para un final”.


Aparece un ensayo de su autoría titulado “Los dos Arreola” en la antología “Yo señores, soy de Jaliscolimán” coordinada por Enrique Ceballos, Higinio del Toro y Efrén Rodríguez en el Centenario de Arreola, editada por la Editorial Tierra de Letras en 2018. Es miembro del Colectivo Alasletras, y ha colaborado con escritos en la revista Alasletras. Cabe reconocer que el colectivo Alasletras ha difundido la cultura del Sur de Jalisco en el Programa de Radio 9.50 “La Mexicana” y en el Canal Cuatro de Zapotlán con programas dedicados a conocer el panorama de la literatura en conjunto con el Mtro. Pedro Mariscal y Francisco Hernández.


Martín Adalberto Sánchez Huerta aparece en dos obras publicadas por el Arq. Fernando González Castolo: Cartulario. Muestra de Letras Zapotlenses, (PuertAbierta, 2018, p. 427) donde se reconoce lo siguiente: “Docente de vocación, creador por pasión. Multifacético en sus actividades, como compositor, poeta, narrador, pintor y orador, se ha presentado en diversos foros culturales y participado en certámenes literarios en donde ha destacado por su gran sensibilidad”.





En otra reseña aparece su ficha en Los notables de Zapotlán del Arq. Fernando González Castolo (2023, p. 46) donde se menciona lo siguiente: “maestro normalista, egresado del Centro Regional de Educación Normal de Ciudad Guzmán que ha incursionado de forma exitosa en la pintura, en la música, la danza y la escritura, dentro de esta última disciplina se ha especializado en el género de la poesía, logrando obtener el primer lugar dentro de los Juegos Florales de Zapotlán en 2011”.

Teresa Gómez Cervantes menciona a propósito de su poética lo siguiente: “Hablar de lenguaje es imposible sin palabras. Martín Adalberto, en Territorios, dice que la palabra estaba dormida y para despertarla utilizó otra: amor. Cuando el amor abre la pasión de las palabras, el corazón y la mente se vacían y se llenan en un constante devenir de amor a entrega, de pasión a olvido, de eclosión a muerte, hay miles de términos en nuestra lengua que nos proveen imágenes, trazos, sonidos”. Y más adelante: “No es poesía, es poema aquello que supera la gramática y la normativa del verso culto, leo a Martín Adalberto y se me olvida la arquitectura del soneto y las endechas, ¿quién piensa en métrica cuando la emoción supera los cánones castrantes de los siglos que se fueron? La emoción se desboca y cabalga con la crin del viento agreste. Pintor, al fin, le pone color a su escritura, trazos largos, medianos y brevísimos van pintando el panorama de sus muy privadas galerías sentimentales. Me pregunto si algún día nos hablará desde su propio libro”. (Véase la Contraportada de Territorios).


En el Pórtico de Territorios se reconoce que el estilo de Martín Adalberto Sánchez Huerta muestra “una madurez plena en el dominio del lenguaje, artístico por nacimiento, que se crea y recrea en cada una de las líneas que conforman estos textos construidos por palabras reinventadas” (2015, p. 3). Más adelante se confiesa a propósito de las sensaciones lo siguiente: “he leído sus palabras y me ha confortado en paisajes de verdor y de frescura, donde un viento ligero acaricia la fragilidad de mi ser, y en donde me he reencontrado en un territorio con una voz que tiene otra forma, una voz sincera, que vibra porque emana del corazón” (p. 4).


En la introducción Martín Adalberto expresa: “Quise fundar un imperio, sembré montes, llanuras y valles. Inventé nombres, seres, míticas sirenas, sin voz e incandescentes besos sobre húmedas playas, la palabra reinventé y la melancolía perfecta para un amor desmesurado. / Sólo conseguí edificar extraños laberintos donde la poesía se pierde, se muere y se resucita. Estos son mis territorios”.




En el prólogo del Maestro Pedro Mariscal para el libro: Un adiós para Ramona se menciona: “Martín Adalberto Sánchez Huerta nos comparte su duelo en Un adiós para Ramona. Un duelo que se manifiesta en un poema de largo aliento plagado de imágenes que asombran los sentidos, que trastoca y reinventa el lenguaje para aliviar y recordar y maldecir y añorar el perfume, la presencia, los pasos, la voz, la risa de una madre ausente. Es el lenguaje mismo el vehículo por donde transita la melancolía”.


Más adelante expresa sinceramente: “Martín cuenta su historia de vida y la historia de su madre, su relación personal con ella, sus carencias, la migración, el hambre, la no presencia de su padre, sus amores de niño, el pantalón corto de sus años tiernos y la mágica presencia de Ramona para convertirse en pan, en compañía, en amor, en caricias; en la mujer guerrera que saca a sus hijos adelante, porque no le queda de otra. Doña Ramos, le decían, porque de cualquier material te construía una flor”. En este sentido, Mariscal reconoce que: “Un adiós para Ramona, es un himno de amor filial tan profundo como humano. Es un canto al dolor, es una historia de vidas compartidas, es una lluvia de imágenes poéticas, es un río de lenguajes que alivian las heridas— o al menos eso creo–, es una bella y demoledora elegía que el poeta nos regala como un bálsamo para sanar los sentimientos que se ahogan en el pecho, es un triduo de insultos bien colocados para noquear la desdicha. Es una larga despedida para una dolorosa ausencia”.


En una entrevista realizada por Milton Iván Peralta en Diario El Volcán se mencionan aspectos importantes sobre la creación poética de su último libro Un adiós para Ramona donde se relatan anécdotas sobre el proceso de creación poética: “la verdad es que empecé a escribir cuando mi madre estaba agonizando porque yo tenía una cuestión muy personal, lo voy a confesar ahorita contigo de que me faltó decirle muchas cosas como nos puede suceder, es muy humano esa situación (hay) personas cercanas que se nos han ido y siempre faltó decirles algo, siempre se queda algo con uno y cuando mi mamá estaba agonizando pasó muchos días ya sin poder hablar entonces yo hablaba con ella y a veces a un lado de su lecho de muerte en el hospital escribía algunas cosas de esas durante el trance de su muerte tuvimos unos días de luto, seguí escribiendo en la noche, la recordé y me sentía ese hueco de que algo me faltó decirle y quizá pudiera decírselo a través de la poesía cuando pienso que pudiera hacer un libro entonces escribí algunas cosas de mis recuerdos de infancia con respecto a ella que es lo primero que aparece en el libro empiezo hablando de que estuve en su vientre desde mi niñez, de nuestra avenida de Tijuana hacia acá, porque yo había nacido en Tecalitlán pero muy pequeños nos fuimos a Tijuana y allá me crie, yo me vine acá cuando entré a segundo de secundaria, a Tecalitlán, entonces de esa manera va surgiendo el libro pero después dije no, no lo voy a publicar porque es muy personal muy íntimo, pero algunos amigos que leyeron algunas cosas me estuvieron animando y finalmente escribí dos o tres poemas posteriores donde hablo ya de haber asimilado su muerte de recordarla ya sin ningún aparente dolor y eso cierra el libro”.


En el Epílogo de Francisco Hernández López se menciona lo siguiente: “He leído a Martín -el poeta- desde hace varias décadas. Es una imaginación insaciable. Ahora, con ‘Un Adiós Para Ramona’ se cumple un ciclo del inventor de metáforas. Se pule un estilo que en otras de las obras literarias de Martín ya se dejaba ver. Las imágenes vuelcan su emoción en golpes de palabras originales. Me gusta el surrealismo, me apasiona el aparente ‘sin sentido’ de las cosas; me emociona la lírica construcción gramatical que el autor se atreve a publicar”. Y por último señala que “es importante decir que Martín Adalberto Sánchez Huerta nos deja ver una parte íntima de su historia de vida. Una vida que puede ser la mía o la tuya, pero que ahora se trasluce en metáforas exquisitas”.


Un adiós para Ramona es un poemario que ofrece una reflexión profunda sobre la existencia, el amor y el destino, la relación de los padres como un punto de partida. A través de su estilo, lleno de contrastes e imágenes sensible, el poeta logra transmitir una experiencia que es tanto personal como colectiva, vinculada a los temas del origen, la memoria y el ciclo de la vida y la muerte, cuyos temas nos permiten comprender el sentido del dolor y la zozobra humana. Los poemas de Un Adiós para Ramona de Martín Adalberto Sánchez Huerta presentan una profunda exploración de temas como la memoria, la identidad, el sufrimiento, y la relación madre-hijo. La obra está impregnada de un tono lírico que transmite la complejidad emocional y existencial de la vida humana, desde los primeros momentos de la gestación hasta la reflexión sobre la muerte. Los poemas tocan la fragilidad de la vida humana, cuyos estados originarios son zozobra, melancolía, dolor, llanto, tragedia. Un Adiós para Ramona se convierte en un viaje poético que explora la vida desde el nacimiento hasta la muerte. La relación madre-hijo es central en la obra. Además de temas como el sufrimiento, el amor, la memoria, y la muerte cuyos aspectos revelan el sentido auténtico del ser humano.


La obra de Martín Adalberto Sánchez Huerta se presenta como un motivo de la fragilidad de la vida, pero también de la fuerza de los lazos que nos unen, de la persistencia de la memoria y de la continuidad de los seres a través de generaciones. Es el paso de la soledad a la comunión, es decir, comunidad de seres que se tejen en lazos de reciprocidad como la maternidad, la fraternidad y la solidaridad. Es el poema metafísico de Martín, un poema de largo aliento, como “Muerte sin Fin, de José Gorostiza, “Constanza” de Guillermo Jiménez o la obra de Xavier Villaurrutia o Enrique González Martínez.


La obra de Martín Adalberto Sánchez Huerta guarda ciertas afinidades estilísticas con la poesía de Xavier Villaurrutia, uno de los poetas más destacados de la literatura mexicana del siglo XX. Aunque sus contextos históricos y biográficos son diferentes, ambos comparten preocupaciones sobre la existencia, el amor y la muerte, en la relación dual de eros y tanatos.


A manera de pastiche: recordemos que en Arreola hay este juego literario que retoma de Villaurrutia: “La muerte toma siempre la forma de la alcoba que la contiene”, a lo que Arreola sugiere: “La mujer toma siempre la forma del sueño que la contiene”. Asimismo, en Villaurrutia: “La muerte es la que da la medida del amor”. A lo que Martín Adalberto Sánchez Huerta expresa: “A pesar de la muerte y del olvido / y a pesar de que, / vuelta a la ceniza ya y dormida, / no lo sepas”. 




1 comentario:

  1. Excelente presentación de Un adiis para Ramona a cargo del Investigador y Filósofo Carlos Axel Flores Valdovinos... Felicidades!!!

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