domingo, 13 de abril de 2025

Los Palacios de Emmanuel

 



Milton Iván Peralta


I.- DESCUBRIENDO EL PALACIO


De pronto apareció… entre las páginas de un libro. De pronto apareció entre los innumerables nombres de escritores jaliscienses. De pronto apareció, ante mí, el nombre que hacía eco con lo desconocido: Emmanuel Palacios.



Lo descubrí en la lectura de J. Trinidad Núñez Guzmán, donde da a conocer algunos detalles como que nació en Tolimán en 1906, en donde nos comenta sus datos:

“A corta edad se trasladó con su familia a Guadalajara. En esta ciudad realiza sus estudios hasta doctorarse en medicina”.1.

También me contó que desde chico sintió una devoción por la literatura “Es de los destacados fundadores del “grupo sin número y sin nombre”, que con éxito ensayó Bandera de Provincias2 Idem). Pero que se dedicó al trabajo en la burocracia, aunque se aclara que no era “su pasión”.
Además de los pocos datos biográficos, donde conocí que nada más tenía un libro de poesía Vida a muerte. Con estos pocos datos, pude leer dos poemas “Mediodía” y “Tríptico”, donde me dejó ver su poesía limpia y fina, fue una breve idea de este autor de la región sur de Jalisco.

En el primer poema, me dejó sentir el aire del campo y escuchar el canto de los pájaros, con un ritmo lento y suave como el viento.


(…)

El agua apenas mueve
esa tersa lisura que la aquieta
y el canto de los pájaros se eleva
hasta la luz caliente que la agobia.
(…) pp 208


El segundo, comenzó por antojarme la fruta que describe, trayendo recuerdos de la niñez corriendo por la plaza, haciendo que sus palabras se sientan en el tacto, tal vez una típica tarde de Tolimán de su infancia.

1
La tarde salió a vender
fruta de mayo y septiembre.
La tarde su fruta grita
por la plazuela celeste.

¡Tarde, vendedora mala
de fruta tú nunca eres!
Todos los chicos te compran,
a todo mundo le vendes.
(…) pp 209


… ni tu luz ni tu… tu nombre se volvieron hacer presentes, fue un encuentro casual, breve, pero de esos encuentros que te marcan, porque tuvieron que pasar años para poder reencontrarnos con esas líneas, el libro lo leí en el 2007.

A pesar de las lecturas y de la búsqueda que he tenido de autores como Guillermo Jiménez, o doña Refugio Barragán de Toscano, entre otros, no volví a encontrarme con él.

Después… el silencio repentino terminó en el 2024, gracias a Pedro Valderrama que en un primer momento anunció la publicación de su nuevo libro en redes sociales: Emmanuel Palacios. Obra reunida, de Keli ediciones 2024, no tardé mucho en comunicarme con él para preguntarle detalles, y como buen pretexto le ofrecí una entrevista, no solo era el interés de ayudar a difundir la obra, era mi curiosidad por reencontrarme con aquel poeta que años antes había leído, pero que constantemente recordaba.





Ya con la entrevista realizada, nada más espere el tiempo para poder zacear la curiosidad, la cual se hizo del rogar. Esta obra de Pedro Vaderrama fue un trabajo titánico, porque a pesar de las constantes colaboraciones de Palacios en revistas literarias como: Alcance, El Sol, Et Caetera, Cuadernos Americanos, Bandera de Provincias, además de ser amigo de Agustín Yáñez, en el cual hasta lo acompañó cuando fue gobernador, a pesar de todo eso, es prácticamente un desconocido, mencionado apenas en diccionarios o antologías, pero al final del día en el olvido.

Pedro Valderrama nos comenta: “siempre nos mencionan a Agustín Yáñez, a lo largo de las investigaciones de Emmanuel Palacios, siempre fue una figura que trabajó muy cercano a él, desde las décadas de los veinte, hasta los cincuenta, incluso cuando este fue gobernador de Jalisco, Palacios estuvo muy cerca de él, colaboró en proyectos culturales”3 fue diputado local, en la legislatura XL por el distrito XV, con cabecera en Tamazula, Jalisco, en el que quedaba comprendido el municipio de Tolimán, Jalisco, con el periodo comprendido del 1 de febrero de 1953 al 31 de enero de 19564, esto hace extraño el olvido en el que cayó, pero también un gran valor al trabajó de reunirlo para sacarlo de esas sombras.

Es valiosa la aportación que nos hace Pedro Valderrama, más allá de desempolvar a un escritor, es de los pocos que reúnen la obra completa -o casi-, de un autor y menos cuando están inaccesibles recopilar sus publicaciones, trabajos similares recuerdo de pronto a Emmanuel Caballo o Ernesto Flores, pero más recientemente a las maestras Sara Velasco y Silvia Quezada con Rebeca Uribe, y hablando de la región sur de Jalisco están: Ricardo Sigala con Guillermo Jiménez, Salvador Encarnación con Raúl Quintero, Carlos Axel Flores Valdovinos con Arturo Rivas Sainz o Fernando G. Castolo con Franco Beas, por hablar de unos pocos, el cual continúan alentando el estudio de escritores jaliscienses, que nos sigan revalorando este trabajo de búsqueda y reconocer nuestro pasado.





Pero Valderrama se vistió con el traje de detective, por curiosidad, pasión y mucha paciencia para no dejar abandonada esta idea, logró recuperar y compartirnos parte de la obra de Emmanuel Palacios, que dividió en dos partes fundamentales, su poesía y su prosa, más un extra que son una especie de crítica a la obra de Palacios, la cual obviamente es escasa y para nada positiva, porque el propio Emmanuel Carballo, dice “señalaron su falta de unidad en su obra y, en ocasiones, una escritura anticuada y en discordia total con la poesía que venía escribiéndose a partir de la segunda mitad del siglo pasado en México”5.

II.- EL PALACIO DE LA PROSA


Una, íntima, clara, confesión: aunque es la poesía la parte más reconocida de Emmanuel Palacios, lo que más me llamó la atención y me agradó fue su prosa.

Creo que es esencial el que Pero Valderrama haya no solo encontrado, sino decidido publicar la parte de la prosa de Palacios, además de dejar ver la versatilidad del poeta, ya que es la obra menos mencionada, nos deja ver sus gustos personales, las lecturas y la variedad de temas.

Nos encontramos ante reseñas de libros, de películas, nos habla de autores, de la educación, de Bandera de Provincias, y de la revista Et Caetera y de su amigo de vida: Agustín Yáñez.

La parte final del libro, nos da algunas comentarios sobre la obra de Palacios, entre ellas de José Gorostiza y de Raúl Valladares. Mientras que de su prosa lo hace Bernabé Godoy V.

“(…) el sello particular de sus escritos en versos es que se interesa en la literatura jalisciense, la obra de Yáñez y los escritores de su generación, es un prosista muy íntimo, escribía gran parte de su obra en esos temas” , nos dice Pedro Valderrama6.




El primer texto que encontramos es “El espectador, de José Ortega y Gasset”, publicada en 1916, nos hace una reseña y lo que opina de su lectura. Otra es la de Gilberto Owen Novela como nube, un breve escrito en el que juega con la poesía y la metáfora. Luego le sigue Aspectos de la nueva ideología mexicana, de Jesús S. Soto, la cual califica como “Libro de bosquejos incitación a un estudio más serio de nuestros problemas virales”.


Dentro de sus reseñas, nos regala lo que en su momento no solo leía, sino he de suponer que le gustaba, como “Vida de Greta Garbo, por César Arconada”, editado en 1929, donde comenta:

“Greta -blanca- que iba poniendo oro en los cabellos y azul en los ojos; que iba neblinando (sic) su alma; que patinaba y tenía novio. Greta que hace su primera película, que va a Alemania, que va a Hollywood. Greta -nórdica- que ama glacialmente, que besa glacialmente.”

Hay un ensayo sobre su paso y la vida de la revista que realizó con sus amigos, “Bandera de Provincias”, donde hace un viaje al pasado y a la nostalgia, donde nos habla del origen de este proyecto, el cómo dio inicio en la casa de Agustín Yáñez. Recaba algunos colaboradores y sus obras, en este largo texto, habla de la relación con Los Contemporáneos. Cabe destacar que entre sus páginas podemos encontrar a tres autores zapotlenses, el escritor Guillermo Jiménez, con una reseña del libro de Lupe Rubín, que por cierto lo utiliza como prólogo de Ajenjo y Esmeralda, editado por hermanos Herrero, en 1929. También algún o algunos textos de José Rolón y algo de las obras de José Clemente Orozco.

Para finalizar ese texto, nos hace una reflexión sobre lo que fue esa aventura editorial:

“(…) sólo posible de haberse realizado razón del dinámico y fecundo esfuerzo material e intelectual de Agustín Yáñez: su ya madura experiencia en el periodismo le permitió dar a Bandera -de Provincias- la agilidad y el nuevo espíritu que ninguna revista literaria anterior había tenido Jalisco; por crecido vigor intelectual, darle el gran aliento cultural y el sentido de mexicanidad y universal que la distigue siempre: fincar las raíces en el entrañable suelo y mover las ramas más altas los vientos que llegaban desde todos los rumbos de la milenaria tradición en cuyo crece estamos situados: provincia pero también ecuménica, Jano bifronte, con la mirada hacía Quetzalcóatl y hacía la Minerva “armada de todas armas”.


Nos habla de los 25 años de Et Caetera, revista fundada por Adalberto Navarro Sánchez, de la cual menciona: “un suceso cuya significación, de suyo eminente, sobre pasa su naturaleza estrictamente cultural para constituirse en un acontecimiento sin precedente por sus repercusiones intrínsecas de desinteresado y ejemplar esfuerzo,”.





En el escrito de “Mariano Azuela. Un testimonio literario” de 1952, hace un análisis de toda la obra, muy al estilo de José Luis Martínez con “La obra de Mariano Azuela”, publicado originalmente en 1952, en donde ambos dan su opinión en torno al lenguaje y la estructura de Los de Abajo, dejaré una muestra de ambos comentarios, para darnos una idea de la opinión que vierten sobre la misma novela:

“ (…) se sirve con eficacia de varios registros de lenguaje el del narrador, neutro e impasible aunque con toques de entusiasmo lírico en las descripciones de la naturaleza, y el de cada uno de sus personajes, según su índole y procedencia.”7

Mientras que Emmanuel Palacios nos comenta del lenguaje y la estructura usado en esta novela, que es muy particular, dejándose ver que era un lector analítico, ya que los comentarios tienen cierta diferencia de los que hace José Luis Martínez:

(…) no sigue el corte tradicional de la novela. Esta obra no es escrita con un “temple de ánimo” sereno. Aquí el autor está arrebatado por su tema. Aun lo vive intensamente y por ello no sigue los lineamientos normales y típicos de una ficción novelada”.




En otra colaboración, nos habla de la publicación de los “escritos políticos del poeta zacatecano Ramón López Velarde”, nos comenta que en este libro se recuperaron de los periódicos, estas opiniones de sucesos nacionales, “traducen en último término, sólo la nostalgia de la dorada vida de su niñez y de su infancia”, hace énfasis que lo mejor de él están en su poesía. Extrañamente no habla del nombre del libro ni de la autora, pero se refiere a Elena Molina Ortega con el libro Ramón López Velarde. Prosa política, la cual “reunió por primera vez en volumen en el año de1953, después de investigarla con laboriosa paciencia en archivos hemerotecas”, esto nos lo explica Juan José Arreola8.

Decía desde el principio que Agustín Yáñez era su amigo de vida, aunque en varios momentos de su prosa está presente, es en tres artículos que se enfoca a él, el primero “Meditación sobre el alma indígena”, luego una nota por el discurso de su amigo en su recepción a la Academia Mexicana de la Lengua, donde menciona: “Culminación de una larga carrera de escritor, la entrada de Agustín Yáñez en aquel docto organismo marca el reconocimiento por el cónclave más representativo de las letras nacionales”.

Y para terminar, un escrito emotivo, lleno de recuerdos a los setenta años de Yáñez, donde se enfoca el recuerdo de los tres amigos que iniciaron este camino de las letras, el cual la vida truncó a Alfonso Gutiérrez de Hermosillo, de esas caminatas que hacían juntos, y trae a colación un recuerdo de juventud.



III.- PALACIOS HECHO POESÍA


...sabes que la poesía es inteligible… y en a parte final del libro, nos da algunas reseñas sobre la obra de Palacios, entre ellas de José Gorostiza, quien comenta al respecto de la poesía de Emmanuel Palacios, donde dice no recordar cuando lo conoció, pero comenta sobre algunos poemas, esto publicado en 1930:

“Parece que Palacios sabe que el buen poeta necesita recorrer toda la poesía para llega a su poesía. No es hombre de atajos. Por eso, junto con la aparición de Campo, he querido señalar la de este fino poeta que será, con sólo quererlo, un excelente poeta de mañana”.


La crítica es poca sobre su poesía, y es menos que alentadora, es un poeta de buen ritmo e imágenes claras, que se fue moviendo con diferentes estilos dependiendo la época y de su vida, con algunos juegos, diversos temas, aprovechando los paisajes y los lugares donde se encontraba.

Autor de una obra discreta, demasiado diría yo, publicando en diversas revistas, pero de manera ocasional, nada más pudo o quiso hacer un libro, a pesar de publicar muy joven, algunos consideran que nunca pasó de ser una promesa.

Hay una especie de confesión sobre qué es la poesía para Palacios, para ver su visión:

“La actitud del poeta en el acto creador es una aleación de ingredientes purísimos. Es efusión, transporte inefable, desbordamiento, vertedura y aniquilamiento de sí en las cosas. Es el más puro amor.”

Canto a la ausencia tuya, para que el tiempo del olvido, no llegue nunca más a tu inasible imagen, y que el sonido de tu poesía permanezca presente y no en el tiempo del olvido…



BIBLIOGRAFÍA

1.- Núñez Guzmán, J. Trinidad, Selecciones literarias y bosquejos bibliográficos de autores jaliscienses. Amate Editorial, 2006, página 208.
2.- Idem.
3.- Diario El Volcán, Reúnen la obra de Emmanuel Palacios, 04 de julio de 2024, https://www.diarioelvolcan.com/2024/07/reunen-obra-de-emmanuel-palacios.html#more
4.- Guzmán Mora, José de Jesús, Dos personajes distinguidos del sur de Jalisco, https://letrafria.com/dos-personajes-distinguidos-del-sur-de-jalisco/
5.- Valderrama, Pedro, Bosquejos sobre la arena, Keli ediciones 20024, “Emmanuel Palacios, poeta jalisciense en el olvido. Página 127.
6.- Diario El Volcán, Reúnen la obra de Emmanuel Palacios, 04 de julio de 2024, https://www.diarioelvolcan.com/2024/07/reunen-obra-de-emmanuel-palacios.html#more
7.- Martínez, José Luis, “La obra de Mariano Azuela”, La academia Mexicana de la Historia en Guadalajara, de José M. Muriá, pp88
8.- Arreola, Juan José, Ramón López Velarde: el poeta, el revolucionario, Alfaguara 1997, pp 9.





No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Popular Posts