Nunca hemos intentado ser un miembro de la familia, un amigo entre amigos, un trabajador entre otros tra- bajadores, y un miembro útil de la sociedad. Siempre hemos luchado por destacarnos del montón o por es- condernos. Este comportamiento egoísta nos impedía tener una relación equilibrada con cualquier persona a nuestro alrededor. No teníamos la menor comprensión de lo que es la auténtica hermandad.
Este mensaje que aparece en el Paso Cuatro fue
el primero que yo oí con toda claridad; ¡yo no me había visto
antes descrito en letras de imprenta! Antes de llegar a A.A. no sabía
de ningún lugar donde se me pudiera enseñar a ser una persona entre
otras personas. Desde mi primera reunión veía a la gente haciendo
eso y yo quería lo que ellos tenían. Una de las razones por la que
hoy soy un alcohólico feliz y sobrio es que estoy aprendiendo esta
importantísima lección.
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