domingo, 9 de marzo de 2025

Un gobierno cercano vs. un gobierno indiferente

 



Chema Martínez


Este domingo, desde el Zócalo de la Ciudad de México, la presidenta Claudia Sheinbaum dejó claro que en la Cuarta Transformación no hay divorcio entre el pueblo y el gobierno. Su mensaje fue contundente: en este movimiento, gobernamos con y para la gente. No hay intermediarios, no hay privilegios, no hay indiferencia.


Mientras el gobierno federal avanza en la consolidación de la soberanía nacional, en la ampliación de derechos y en la construcción de un México más justo, en Guadalajara vivimos una realidad muy distinta. Aquí, las autoridades municipales han optado por un modelo de gobierno distante, burocrático y sin sensibilidad social.

La diferencia es evidente. Mientras la 4T ha impulsado programas sociales que han sacado a millones de personas de la pobreza, ha fortalecido la seguridad con una Guardia Nacional comprometida con el bienestar de la ciudadanía y ha defendido con dignidad los intereses de México en el plano internacional, en nuestra ciudad la estrategia de gobierno es la omisión.

Guadalajara enfrenta una crisis de seguridad que se refleja en el miedo de la gente, en la falta de confianza en las instituciones y en la sensación de abandono tanto en muchas colonias como en su mismo personal policiaco. La administración municipal, en lugar de asumir su responsabilidad, minimiza el problema y evade su deber con la gente. La falta de soluciones concretas para combatir la delincuencia, mejorar la movilidad y atender los servicios públicos es cada vez más evidente.

El mensaje del gobierno federal es claro: sí es posible un modelo de gobierno cercano a la gente, que escuche y atienda las necesidades reales de la población. Hoy, el gran reto es que en Guadalajara dejemos atrás la indiferencia y construyamos un gobierno que realmente represente los intereses de todas y todos y no sólo la de los amigos de la presidenta municipal y su gabinete. La transformación debe llegar a cada rincón de nuestra ciudad, y para lograrlo, es fundamental que el pueblo exija un cambio.

Guadalajara merece más. Merece un gobierno con convicción, con compromiso y, sobre todo, con cercanía. Es hora de terminar con los gobiernos que ignoran a la gente y trabajar por una ciudad donde el bienestar y la seguridad sean una realidad.

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