martes, 25 de marzo de 2025

Las primeras damas de Zapotlán el Grande

 



Fernando G. Castolo*


En el caso de Zapotlán el Grande, a lo largo de su historia Constitucional que dio inicio en 1813, solamente dos mujeres han llegado a ostentar, por voto popular, el honroso cargo de Presidentes Municipales ―otras dos mujeres desempeñaron el honroso cargo de Presidentes Municipales Interinas (en 2015 y 2018), ya rescatadas en el libro "Gobernantes de Zapotlán el Grande" (2023); y, una mujer más, Agapita de la Cerda González, tuvo el cargo de Vice-Presidente Municipal en el trienio administrativo 1998-2000―; sin embargo, el trascendente rol de la mujer en este período de más de doscientos años ha sido vital para la construcción de nuestra democracia; aunque, claro, ha sido un rol anónimo, del que nunca se habla y del que no existen testimonios documentales.


Cuántas de ellas, por ejemplo, desde la intimidad del hogar, escucharon y aconsejaron a sus esposos, a quienes dieron guía y luz en la toma de decisiones determinantes para bien gobernar la población; y cuántas más se avocaron, codo a codo, en resolver los problemas cotidianos que se presentaron desde el primer momento en que sus esposos fueron elegidos gobernantes de la ciudad y, por ende, ellas se convirtieron en Primeras Damas de la comunidad.

Damas estoicas, que soportaron todas las presiones a las que sus esposos las sometían cuando compartían con ellas las problemáticas, las estrategias y las soluciones en los cruentos episodios de nuestro medio social, donde a veces resultaban derrotados pero, en otras más, eran victoriosos.




Mujeres que comparten, incondicionalmente, el peso de gobernar a un pueblo; de ser, además de esposas, hijas, madres, abuelas, amas de casa, administradoras, emprendedoras, creativas y soñadoras; que ofrecieron su regia personalidad para equilibrar las decisiones que dieron rumbo y certeza a la orgullosa Zapotlán el Grande a través de sus esposos.





Los linajes que más sobresalen de Primeras Damas son: Arias, Cárdenas, Chávez, Mendoza, Ochoa, Palafox-Lozano, Vargas, Vergara, Villanueva y Villaseñor. Su posición las pondera por encima del resto de las damas de la comunidad; sin embargo, muchas de ellas acabaron sus vidas en el abandono y en situaciones sumamente precarias. Algunas fueron segundas consortes, otras fallecieron prematuramente pereciendo por las pestes y las epidemias, y otras más fueron víctimas de vejaciones y abusos por su sola condición.

En su mayoría, estas Primeras Damas, eran avecindadas, nativas de: Sayula, Zacoalco, Guadalajara, Tonila, Tecalitlán, Tamazula, Zapotiltic, Amacueca, Atoyac y Zapotitlán, en Jalisco; así como de la Ciudad de México, Colima, Toluca, Hidalgo, Zacatecas, etc.

Hoy las honramos y les ofrendamos nuestro sincero tributo de reconocimiento. Son las Primeras Damas una pieza clave en el desarrollo de la comunidad a lo largo de su historia constitucional de nuestra municipalidad.


*Historiador e investigador.





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