Salvador
Mateo
El Volcán/Tuxpan
Un diagnóstico
realizado por la asociación civil Mexicanos Primero Jalisco muestra
que cuatro de cada diez niñas, niños y adolescentes tienen
problemas con el lenguaje y las matemáticas, además de dificultades
emocionales, inasistencia y abandono escolar.
Esta situación
se debe, en primer lugar, a la falta de infraestructura educativa. De
acuerdo con la evaluación realizada por el mencionado organismo, en
Jalisco seis de cada 100 escuelas no cuentan con servicios de
electricidad, agua potable, lavado de manos ni sanitarios.
Según
datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de
Desarrollo Social (Coneval), el rezago educativo y la carencia de
acceso a la salud empeoraron en la entidad. En 2022, el 20.4 % de los
jaliscienses presentó rezago educativo, el porcentaje más alto
desde 2016.
Los problemas de infraestructura educativa impiden
el acceso a la educación, pues la carencia de aulas, servicios
sanitarios y, últimamente, el acceso a tecnologías modernas
desalienta a alumnos, docentes y padres de familia.
Blanca
Leticia Morfín de la Mora, exalumna y madre de familia del
Telebachillerato 07 de San Juan Espanatica, del municipio de Tuxpan,
perteneciente al Colegio de Bachilleres del Estado de Jalisco
(Cobaej), concede una entrevista.
A través de redes sociales
nos enteramos de que alumnos, padres y maestros del Cobaej de ese
lugar iniciaron una lucha por infraestructura educativa ante la
Secretaría de Educación Jalisco (SEJ). ¿Cuáles son las carencias
que tienen?
—Hace unos días formamos una comisión y
decidimos trasladarnos a la ciudad de Guadalajara para solicitar
apoyo del gobierno del estado. Todo esto es porque estamos cansados
de no contar con aulas propias, sanitarios ni computadoras. La
escuela fue creada hace casi 30 años. Fui de la primera generación;
los primeros alumnos empezamos a estudiar en las aulas de la
telesecundaria, y ahora nuestros hijos tienen que seguir estudiando
en esos mismos espacios prestados.
¿Cómo les afectan las
carencias?
—De muchas formas. El hecho de no contar con aulas,
sanitarios y tecnología desalienta a los alumnos a seguir
estudiando. A los padres nos resulta difícil motivarlos para que
vayan a la escuela. Esto trae como consecuencia que los estudiantes
tengan un bajo nivel académico y, por tanto, dificultades para
ingresar a la universidad o acceder a empleos bien remunerados. O
sea, nuestros hijos van a seguir siendo pobres igual que
nosotros.
Se habla de que la falta de infraestructura educativa
exhibe el rezago educativo en Jalisco y en el país. ¿Qué opinas al
respecto?
—Definitivamente. En las comunidades donde no hay
escuelas con aulas suficientes o sanitarios en buen estado, las
personas no pueden estudiar, aunque quieran hacerlo. Por ejemplo,
aquí en Espanatica es uno de los lugares del municipio y del estado
donde hay tantos hombres y mujeres que no saben leer ni escribir.
Muchos lugareños no terminaron la primaria ni la secundaria, mucho
menos el bachillerato o la universidad.
¿Qué les dijeron en la
SEJ?
—Nos atendió el subsecretario de Educación Media
Superior, Fernando Lozano Morales. Escuchó en forma atenta y
respetuosa nuestra problemática y se comprometió a intervenir de
manera inmediata. Esperamos que cumpla su palabra.
¿Cuál es tu
propuesta en el corto y mediano plazo?
—En primer lugar,
seguir haciendo el llamado a todos para que continúen estudiando,
aun con las carencias que tenemos. No me canso de decirles a niños,
jóvenes y adultos que, si los que formamos la primera generación
del Cobaej de Espanatica pudimos terminar el bachillerato sin contar
con aulas propias, sanitarios ni computadoras, las nuevas
generaciones también pueden hacerlo; es cuestión de esfuerzo y
dedicación.
En segundo lugar, no claudicar en la lucha que
acabamos de emprender. Tenemos que entender que los pobres de Jalisco
y del país tenemos como alternativa unir fuerzas para hacer que el
gobierno cumpla con su obligación de construir escuelas en nuestras
comunidades y en todos los lugares donde se necesiten.
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