martes, 18 de marzo de 2025

Evocaciones sobre Talpa

 




Fernando G. Castolo*


Talpa de Allende, es considerada como uno de los puntos sagrados más encumbrados del ámbito religioso mexicano. En Jalisco está reconocido entre los tres más importantes, al lado de los santuarios marianos de Zapopan y San Juan de los Lagos, donde los peregrinos son recurrentes. Estas peregrinaciones se caracterizan fundamentalmente por un culto y una devoción que es atrayente hacia con los católicos que expresan una fe como ideal para acceder al favor del remedio de sus múltiples necesidades terrenales, para lo cual prodigan rezos, cantos y esfuerzos físicos en honor a la milagrosa imagen.


A esta ruta se une un sinnúmero de devotos que parten de sus respectivas comunidades, pertenecientes, sobre todo, a las jurisdicciones diocesanas de Colima, Ciudad Guzmán, Autlán de la Grana, Tepic y, por supuesto, Guadalajara. Las rutas que se siguen fueron trazadas ancestralmente y superviven por las subsecuentes generaciones que mantienen la tradición de realizar esta visita anual, que tiene su algidez entre los meses de febrero, marzo, abril y mayo.

En la vida cotidiana de la gente de Colima y el Sur de Jalisco, donde nos reconocemos mayoritariamente como católicos creyentes, se planea y espera con ansias la peregrinación anual a Talpa. Por grupos o individualmente se inician los ensayos o preparación física, por caminos carreteros o senderos montañosos, desde el mes de enero, a fin de obtener la suficiente condición para emprender la romería en el mes de marzo la que, por lo regular, se efectúa de cuatro a seis jornadas que implican hasta 16 horas de camino diario.





La expresión de alivio y fortaleza frente a la diminuta imagen de la Virgen del Rosario ―mostrada inclusive por evidentes lágrimas―, es la culminación o premio que se alcanza finalmente, interpretándose como un fenómeno milagroso: el cansancio se disipa, el dolor ya no se siente, la sensación de hambre ha desaparecido, así como la mortificación de saber si se llega o no según fue lo planificado originalmente.

Lo cierto es que quien se atreve a ir un año, queda invitado para sumarse en subsecuentes romerías, sea con los mismos o con otros grupos organizados, sea caminando o sea en vehículo, pero ello es parte de la magia y del encanto que la Virgen del Rosario prodiga a manera de milagro.

*Historiador e investigador.




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