El Volcán/Guzmán
Los
humedales son áreas muy importantes, pero también las más
amenazadas y deterioradas en el mundo; muchos se han perdido, en gran
medida, por el cambio climático y el calentamiento global, y México
no es ajeno a ello.
Lo anterior informó en rueda de prensa el
Director del Centro de Investigación Lago de Zapotlán y Cuencas
(CILZC), del Centro Universitario del Sur (CUSur), doctor J.
Guadalupe Michel Parra, en el marco del Día Mundial de los Humedales
que se conmemora el 2 de febrero, y que este año lleva por lema
“Proteger los humedales para nuestro futuro común”.
“Lo
vimos en el caso de Pátzcuaro, y como lo están viviendo en otra
serie de sitios Ramsar, donde la situación hídrica ha tenido
cambios significativos. Hace dos años la precipitación pluvial en
nuestro territorio fue mínima, de 420 milímetros; el año pasado
fue benévolo, tuvimos más de mil milímetros y los humedades
dependen mucho de ello”, indicó.
Los
humedales se ven amenazados por varios aspectos. “Por ejemplo, el
caso de Chapala, que está prácticamente al 50 por ciento de su
capacidad; pero hay otras regiones, principalmente en la parte Centro
del país donde los años anteriores fue muy escasa la precipitación,
y muchos tuvieron riesgos significativos por la reducción de las
escorrentías. Tenemos humedales naturales y artificiales, y ambos se
ven amenazados por el cambio climático. Este año no sabemos cómo
se vaya a comportar”, declaró.
Entre los avances en materia
de protección de estos espacios, Michel Parra dijo que cada día la
población toma más conciencia de que el aspecto medioambiental
desempeña un papel trascendente para nuestra calidad de vida, para
la producción de bienes y servicios ecosistémicos.
Compartió
que desde el centro de investigación han hecho esfuerzos para la
recarga hídrica en el manejo de las escorrentías, porque muchas
están relacionadas con la agricultura, que es la que mayor cantidad
de agua demanda, y después vienen los servicios a las
poblaciones.
“Es
un problema muy grave en el mundo porque podemos decir que ninguna
parte tiene garantizada el agua; se ven amenazados los servicios
básicos para las poblaciones, como la agricultura, la ganadería, la
industria, la recreación, el descanso y el ocio”, precisó.
En
cuanto a la situación del Lago de Zapotlán, denominado sitio Ramsar
y que es una cuenca cerrada, dijo que es el espejo de las buenas o
malas prácticas, y actualmente tienen algunos convenios
establecidos, principalmente con países europeos, para emprender
acciones importantes en el manejo de la cuenca hidrológica.
“Este
sitio Ramsar se encuentra en la parte más baja, pero se abastece de
la cuenca media y de la cuenta alta, que es donde ocurren las
precipitaciones pluviales y las escorrentías. Actualmente se
encuentra en muy buenas condiciones, puesto que el año pasado la
precipitación fue de mil 200 milímetros, lo que es altamente
significativo; eso permite contribuir a la recarga hídrica que
prácticamente no se queda aquí, se deriva hacia otras cuencas más
bajas como Armería y el Río Coahuayana”, informó.
En
la actualidad Jalisco cuenta con 13 humedales sitio Ramsar. Hay el
plan de registrar dos más (la presa Basilio Vadillo y la Laguna de
Cajititlán), pero el proceso ha sido lento ante las nuevas
normativas de designación de estos sitios, para lo que se necesita
ir sumando una serie de voluntades y hacer conciencia entre las
personas que habitan esos territorios.
“Todos
estos humedales se mantienen vigentes; unos son epicontinentales. El
más conocido es Chapala, pero luego aparece el caso de Sayula, que
ya no tiene agua en la superficie, la tiene en el subsuelo porque se
han desarrollado muchos sistemas productivos y muchas escorrentías
se interrumpen por la construcción de presas y retenciones. En el
caso de las partes costeras, hay trabajos muy significativos como La
Manzanilla, sitio Ramsar, que lo maneja muy bien su comunidad, porque
también es un santuario muy importante de cocodrilos”, señaló.
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