El Volcán/Tapalpa
En
Jalisco es posible encontrar ajolotes en las zonas áridas del Norte,
pero también habitan las sierras de Quila y Tapalpa, informó la
maestra Ana Luisa Santiago Pérez, investigadora del Departamento de
Producción Forestal del CUCBA y parte de un grupo de investigación
dedicado al estudio y preservación del ajolote.
Sin embargo,
factores como el cambio climático han modificado los patrones del
clima, con periodos cálidos que pueden secar ríos, arroyos y otros
cuerpos de agua que le sirven de hábitat al ajolote. Aunado a esto,
la contaminación y la mala gestión del agua afectan también a los
ecosistemas de los ajolotes, y se estima que 70 por ciento de las
microcuencas del país están contaminadas o sobreexplotadas, lo que
reduce los espacios para el desarrollo de esos anfibios.
“En
Tapalpa se hizo un estudio en 2020-2022 en el que el enfoque era
conocer la dinámica poblacional, es decir, la presencia y abundancia
de los ajolotes y las características del hábitat en el que están
presentes, y encontrarnos que de 33 localidades en el municipio de
Tapalpa, hoy en día sólo en 17 permanecen los ajolotes”,
externó.
Mencionó
que en México se tiene registro de 18 especies de ajolotes, de las
cuales 15 se encuentran en la lista de Especies en Riesgo de la Norma
Oficial Mexicana-059-Semarnat, por lo que consideró prioridad
atender a cualquier población de ajolotes que se encuentre.
En
nuestro estado, una de las especies que habitan es el Ambystoma
flavipiperatum, comúnmente llamado ajolote de Chapala, que se
encuentra en la Sierra de Quila, aunque se tenía registro de su
presencia en lugares cercanos a Guadalajara.
“No
era de extrañar que incluso había poblaciones cercanas al Área
Metropolitana de Guadalajara, en lugares muy cercanos al Bosque La
Primavera; en lo que ahora es la carretera a Nogales al menos había
una o dos localidades de ajolotes; también en la Sierra de Tesistán
o hacia la salida a Colima”, resaltó Santiago Pérez.
En
la Sierra de Tapalpa se documentó la presencia del Ambystoma
amblycephalum, o ajolote de cabeza chata, el cual se creía exclusivo
de Michoacán. Y en la región wixárika del Norte es posible hallar
ejemplares de la especie Ambystoma rosaceum, o ajolote tarahumara,
que se distribuye desde Chihuahua hasta Jalisco.
En la misma
región también se tienen registros de lo que podría ser el
Ambystoma velascio, ajolote
del Altiplano, aunque Santiago Pérez considera que aún se requieren
más estudios para determinar si se trata de esa especie.Por otra
parte, la investigadora mencionó que se está determinando lo que
podría ser el registro de una nueva especie en la Sierra de
Manantlán.
ANFIBIOS BAJO LA LUPA
A
fin de conocer las condiciones en las que se desarrolla el ajolote en
Jalisco, investigadores del CUCBA han emprendido estudios para
conocer su diversidad genética, en qué consiste su dieta, la
cantidad de individuos en cada población, así como las
características de sus hábitats y la calidad del agua en la que
viven.
“Nos
hemos dado a la tarea de ubicar dónde están esas poblaciones de
ajolotes, de saber cuántos individuos hay para saber cuál es el
estatus de su población”, dijo la maestra Verónica Carolina Rosas
Espinoza, investigadora del Departamento de Ecología Aplicada del
CUCBA.
Detalló
que los ajolotes son anfibios que pertenecen al grupo de las
salamandras y se distribuyen desde el Norte de México hasta los
límites del Eje Neovolcánico Transversal. “Tienen importancia,
por ejemplo, en el área biomédica, se han estado estudiando desde
hace mucho tiempo por su capacidad de regeneración”, agregó.
La
investigadora sostuvo que es necesario divulgar las características
de estos animales, pero también se debe trabajar en forjar alianzas
con los habitantes de las zonas donde habitan los ajolotes para que
conozcan la importancia del ecosistema.
“Son
animales muy sensibles a los cambios ambientales; entonces, muchas
veces funcionan como indicadores ambientales”, aseveró.
Además,
resaltó que desde su grupo de trabajo han asesorado a ejidatarios,
dueños de predios, empresas agronómicas y a servicios turísticos,
quienes han mostrado disposición para el cuidado del ajolote en sus
espacios.
Resaltó que fechas como el 1 de febrero, Día del
Ajolote, sirven para concientizar acerca de esta especie, y las
personas en el Sur de Jalisco han manifestado apoyo para el cuidado
del ajolote.
“Han
sido muy receptivos. Además de ser investigadoras, somos
‘predicadoras’, entonces colaboramos y platicamos con la gente;
tratamos de hacer esa concientización y convencerlos de que podemos
hacer algo juntos. De hecho, nos van a ceder un cuerpo de agua donde
colocaremos plantas acuáticas y otros proyectos porque será un
reservorio de ajolotes”, destacó.
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