Contemplemos ahora el resto del Paso Doce. La
maravillosa energía que libera y la ávida acción con la que lleva
nuestro mensaje al alcohólico que aún sufre, y que acaba por
convertir los Doce Pasos en acción en todos los asuntos de nuestra
vida, es el gran beneficio, la realidad magnífica, de Alcohólicos
Anónimos.
Renunciar al mundo alcohólico no es
abandonarlo, sino más bien actuar bajo principios que he llegado a
amar y valorar y a devolver a otros que aún sufren, la serenidad que
yo he llegado a conocer.
Cuando estoy verdaderamente
dedicado a este propósito, importa poco qué ropas lleve o cómo me
gane la vida. Mi tarea es llevar el mensaje y guiar por el ejemplo,
no por precepto.
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