viernes, 31 de enero de 2025

Las dos caras de la 4T en Jalisco

 




Carlos I. Toledo Vizcaíno


En los últimos meses, en Morena Jalisco se ha visto y se percibe la polarización que existe entre las bases (la militancia ideológica) y la dirigencia estatal del partido movimiento que, junto con los “nuevos” referentes, resultado de la Mega Alianza que lograron ganar municipios y diputaciones, agrandan, cada vez más, la brecha de diferencias y sentimientos encontrados entre ambos; podría decirse que son “las dos caras de la 4T en Jalisco; una: la de la lucha social, con los problemas que nos aquejan todos los días, y la otra: la de los grupos de la 4T (Mega Alianza) que ostentan el poder del partido y del gobierno, resultado de las pasadas elecciones”.




Por un lado tenemos una militancia desgastada, emocional y físicamente, además de completamente desilusionada de sus dirigentes (salvo honrosas excepciones); dirigentes que solo los quieren cuando hay que llenar camiones, cuidar casillas, llenar plazas o tocar puertas, donde por más que lo expresan las bases por todos los medios posibles, la dirigencia no escucha ni los toma en cuenta; una militancia que ayudó a ganar municipios, diputaciones locales y federales, pero que, a la hora de participar en sus municipios y tomar las decisiones políticas, no se les toma en cuenta en lo más mínimo, solo una simple “palmadita en la espalda” con un “nos van ayudar muchísimo”, “gracias por su entusiasmo”, etc.

Las bases ya se cansaron de ayudar a ganar elecciones, y que a la hora de participar en el gobierno no se les tome en cuenta, ni siquiera se les invite por educación y cortesía; en cambio los naranjas, azules y tricolores sí participan en las administraciones de la Cuarta Transformación, las cuales parecen mas gobiernos emanados de la derecha que de la Mega Alianza (Jalisco). La militancia ya percibe que en los próximos procesos electorales, solo va a participar cuidando casillas y en los mítines, se puede decir incluso que ya se tienen bajas dentro de la militancia (morena) de compañeros que hace meses decidieron dejar de participar en lo mas mínimo.







Por su parte, la dirigencia estatal no conecta con la base y, carente de toda autoridad moral, al no saber sumar y si saber dividir, busca justificar a través de "presuntos culpables" (diputados locales), beneficios e intercambios para toda una bancada (Congreso de Jalisco), a costa del pueblo de Jalisco; ello aunado a que el grupo político que en este momento controla la dirigencia estatal, a toda costa quiere controlar al partido en todos los rincones de Jalisco. Es aquí donde aplica: “Si la unidad no es en torno a mi y/o mi grupo no es unidad”.

Lo que la Mega Alianza, ha dejado a la militancia es una complejidad política, intelectual e ideológica, muy difícil de asimilar, donde anteriores candidatos (convenencieros) que eran de otros partidos políticos, se suman a morena y/o simulan cambiar de partido según sus intereses, y, por ende, la militancia pierde su identidad política y se demerita su sentido de pertenencia, de tal forma que aún no tenemos idea del costo político que se tendrá al interior de las bases en el futuro.




Por tanto, nos quedan dos caras de la 4T en Jalisco: la de una dirigencia estatal (incluye gobiernos municipales y diputaciones), que realiza asambleas informativas, ruedas de prensa, se toma la selfie, señala supuestos logros locales y solo repiten y repiten los logros del gobierno federal, y que creen que con eso convencen a la militancia y ciudadanía; pero solo se autoengañan en una burbuja color de rosa, fuera de la realidad, y muy distante de las causas sociales de Jalisco; y la otra: el sentir de una militancia que, cansada de expresarse y no ser tomada en cuenta, hace sus propias luchas al lado de la comunidad y paciente abre camino para que surjan nuevos y mejores lideres y dirigentes sociales.


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