Estados Unidos de Norteamérica

 

Mtro. Jesse Martínez

Fiel a su estilo, Donald J. Trump ha polemizado en los últimos meses sobre la expansión territorial de Estados Unidos; sus comentarios dependiendo de la interpretación, han sido tomados como broma, expresiones fuera de lugar, advertencias veladas o amenazas directas. Las declaraciones de Trump provocan recelo debido a la historia y antecedentes con que EEUU incrementó su geografía en los siglos XIX y XX. El hecho de que la primera potencia económica y militar a nivel mundial reviva estos deseos es, por mínimo, un tema incómodo. Sin embargo, más allá de la retórica trumpista y del sensacionalismo cabe la pregunta ¿Va Estados Unidos hacia una dirección de expansionismo territorial? O más aún ¿Le conviene a Estados Unidos integrar más territorios?

Los Estados Unidos de América nacen el 4 de julio de 1776, integrados por las Trece Colonias que se independizan del Reino de Gran Bretaña; Massachusetts, Nuevo Hampshire, Rhode Island, Connecticut, Nueva York, Pennsylvania, Nueva Jersey, Delaware, Maryland, Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia. Inmediatamente, el nuevo país busca expandirse para llegar a la costa del océano Pacífico en oeste. Así, a través de diferentes situaciones —tratados, guerras, compras, anexiones—, incrementan su territorio hasta llegar a los 9 millones 161 mil 966 km² que poseen hoy en día como el 4to país más grande del mundo (solo detrás de Rusia, Canadá y China respectivamente).

Al ser los EEUU uno de los países más grandes, su jurisdicción le brinda acceso a diferentes cuerpos de agua; océanos Pacífico, Atlántico y Ártico, así como también al golfo de México y mar Caribe. Además, se encuentra en dos continentes, América y Oceanía (Hawai y otras islas del Pacifico). Cabe recordar que solo se está hablando de los territorios que conforman a los EEUU, porque si se habla de sus bases militares estas se encontrarán distribuidas prácticamente por todo el mundo, pero ese es un tema distinto.

Con tal extensión territorial ¿Es necesario que EEUU se expanda aún más? Esta pregunta es fundamental, porque no se trata solo de incrementar la extensión territorial, sino de acceder a más recursos naturales, reservas y posiciones estratégicas en la nueva dinámica internacional que está gestándose. Primero, ¿Cuál sería la extensión de EEUU si se anexiona a Canadá y Groenlandia? Según Wikipedia Canadá tiene mide 9 millones 984 mil 670 km² , mientras que Groenlandia 2 millones 175 mil 600 km² . Por lo tanto, sumando la extensión de EEUU, Canadá y Groenlandia, el país tendría una extensión de 21 millones 307 mil 863 km² , mientras que su población estaría rondando los 375 millones o más. Con estos números EEUU sería un gigante geopolítico de marca histórica; la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) llegó a medir 22 402 200 km² y en 1989 su población era de poco más de 293 millones de habitantes. Además, se estaría hablando de la fusión de la primera y novena economías a nivel mundial, un monstruo económico que le daría un importante respiro e impulso a EEUU sobre la creciente presión económica de China.

Canadá es el cuarto mayor productor de petróleo a nivel mundial, uno de los mayores productores de gas natural y el octavo país con más plantas nucleares para producción eléctrica. Es el quinto productor de oro, décimo de cobre, octavo de litio y hierro, quinto de níquel y segundo de aluminio. Además de contar con un sector agropecuario bastante robusto; excelente cosecha de granos y máxima potencia mundial en ganado bovino. Como negocio, Canadá ofrece enormes oportunidades y ganancias, su integración a la economía estadounidense no crearía dificultades o pérdidas.

Si bien Washington tiene acceso al ártico por medio de Alaska, al contar con todo el norte de Canadá y Groenlandia, le daría propiedad de una buena parte de esta zona; su reparto quedaría solo en manos de tres países, EEUU, Rusia y Noruega. Esta zona estratégica promete ser un puente fundamental para el comercio internacional entre los océanos Atlántico y Pacífico, los Estados Unidos quedarían más cerca de Europa y de Rusia, brindándoles así una posición más cómoda en temas militares y de disuasión nuclear.

Es verdad que es imposible abarcar en este texto todas las implicaciones sociopolíticas y económicas de una integración real de EEUU, Canadá y Groenlandia (por no mencionar también las culturales). De igual manera sería incorrecto decir que no habría problemas, dificultades y resistencia a este suceso. Sin embargo, es evidente que las ventajas para Washington son mayores que los costos, más aún vislumbrando el resultado a largo plazo y bajo una línea de eventual enfrentamiento con China y/o Rusia. Básicamente, los Estados Unidos estarían asegurando su trozo de mundo para consolidar su poder y existencia como potencia mundial. En este orden de ideas, Donald J. Trump no está proponiendo nada descabellado, al contrario, parece entender los movimientos geoestratégicos de sus adversarios y la necesidad de que su país se adapte a las nuevas transformaciones de la política internacional.

Tal vez, pero muy posiblemente, en lo posterior México también será una pieza necesaria para cerrar el crecimiento territorial de los EEUU y tener la fuerza suficiente para enfrentar a sus enemigos. Lo que es un hecho es que la integración de Norteamérica va en camino, es el destino de los tres países de la región y su papel en el concierto de las naciones dependerá de las relaciones que entre ellos se forjen durante el mandato de Trump. Norteamérica, el país que viene.

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