Creemos que el abstenernos de beber no es más que el principio. Una
demostración más importante de nuestros principios nos espera en
nuestros respectivos hogares, ocupaciones y asuntos.
Generalmente
me resulta fácil ser agradable con la gente en el ambiente de A.A.
Mientras trabajo por mantenerme sobrio, estoy celebrando con mis
compañeros de A.A. nuestra liberación común del infierno de la
bebida. Frecuentemente no es tan difícil difundir buenas noticias
entre mis viejos y nuevos amigos en el programa. Sin embargo, en el
hogar o en el trabajo, eso puede ser otro cantar. En las situaciones
que se me presentan en esas dos áreas de mi vida, las pequeñas
desilusiones de la vida diaria son más evidentes y puede ser muy
difícil sonreír o llegar con una palabra bondadosa o un oído
atento. Fuera de las salas de A.A. es donde me enfrento con la prueba
real de la eficacia de mi paseo por los Doce Pasos de A.A.
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