lunes, 23 de diciembre de 2024

Reflexión de fin de año de Antorcha

 



Brasil Acosta Peña


Compañeros y compañeras del Movimiento Antorchista, simpatizantes y amigos, me dirijo a ustedes con respeto para reflexionar sobre el año que termina. Los tiempos que nos ha tocado vivir en México han sido difíciles, y el cambio de partido en el poder generó muchas expectativas de mejora en las condiciones de vida para el pueblo. Sin embargo, la realidad ha mostrado que esas expectativas no se han cumplido.


El sexenio de López Obrador terminó sin que se alcanzaran los objetivos que se prometieron. Uno de los grandes compromisos fue el combate a la corrupción, que supuestamente permitiría recaudar casi un billón de pesos para sacar de la pobreza a los mexicanos. No solo no se erradicó la corrupción, sino que salieron a la luz escándalos mucho más graves, que hoy están protegidos por el poder. Un claro ejemplo es la "casa gris" en la que vivía uno de los hijos del presidente, que pertenecía a una empresa con contratos con Pemex, un claro conflicto de interés.

Lo mismo ocurrió con la casa de Coyoacán, propiedad de un asistente del diario La Jornada, con el que el gobierno mantiene convenios. Los escándalos relacionados con el Tren Maya, los negocios de los hijos del presidente con sus amigos, o la tragedia de los 40 inmigrantes muertos, siguen impunes. Además, las acusaciones de enriquecimiento de la familia Bartlett continúan vivas, evidenciando la persistencia de la corrupción en el país.





A pesar de las promesas, el número de pobres creció en 10 millones durante este sexenio. El reciente aumento salarial del 12% parece un avance, pero lo que no se dice es que el 80% de ese aumento será absorbido por el SAT. De esta manera, la recaudación para el gobierno aumentará, pero no para los trabajadores. Además, las promesas sobre la reducción de los precios de la gasolina no se cumplieron; hoy la gasolina cuesta casi 25 pesos por litro.

En cuanto a la seguridad, la famosa estrategia de "abrazos, no balazos" no solo no acabó con la violencia, sino que la incrementó. En los seis años de gobierno, se alcanzaron 200,000 muertes violentas, lo que convierte a este sexenio en el más violento de la historia reciente de México. El pueblo mexicano vive con temor, y nuestras calles y hogares no están a salvo.

Por otro lado, la cancelación del aeropuerto de Texcoco resultó ser una decisión equivocada. En lugar de una mejor alternativa, tuvimos que pagar por la cancelación, y el aeropuerto actual está en condiciones deplorables. Se gastaron miles de millones en un aeropuerto y una refinería que no tienen futuro. El Tren Maya, que se prometió como una gran obra, sigue siendo un proyecto inviable y costoso.






La salud, uno de los sectores más golpeados, sufrió un recorte de 130,000 millones de pesos. Aunque se prometió un sistema de salud como el de Dinamarca, la realidad es muy distinta: los hospitales están desbordados, la atención es deficiente, y los mexicanos debemos pagar por materiales médicos. Este sistema de salud “mejor que el de Dinamarca” es una mentira que todos vemos con nuestros propios ojos.

En cuanto a la educación, el país retrocedió. Hoy, los niños aprenden menos y el sistema educativo no mejora sus condiciones. Los teléfonos celulares se han convertido en una plaga y una droga para los jóvenes, quienes no reciben apoyo para enfrentar estos problemas. Mientras tanto, el gobierno sigue entregando dinero a las grandes empresas y no combate los problemas que afectan a los jóvenes ni a las familias.

La situación económica también ha empeorado. Aunque el gobierno entrega dinero a las familias más necesitadas, el resultado es que este dinero se gasta en productos de empresas transnacionales, como refrescos, pan y telecomunicaciones, dejando a las familias exactamente en la misma situación, pero más endeudadas. Las grandes empresas siguen enriqueciendo a los ricos, mientras que las familias pobres siguen en la miseria.





Por último, este gobierno ha concentrado todo el dinero en sus megaobras, dejando a las comunidades sin servicios básicos. Las carreteras se deterioran, las escuelas no tienen baños en condiciones, y los problemas de agua no se resuelven. Este es un gobierno que, una vez más, ha fallado a la población.

A 50 años del nacimiento de Antorcha, queda claro que la única alternativa para el pueblo mexicano es organizarse, concientizarse y tomar el poder político. Solo así se logrará un país más justo, libre y soberano. En este fin de año, les llamo a fortalecer nuestro espíritu revolucionario y a seguir luchando por una patria mejor. Antorcha tiene razón, y es necesario seguir convenciendo a los mexicanos de ello.

Desde el Comité Estatal del Estado de México, les envío un abrazo fraterno a todos y todas. Que tengan unas excelentes fiestas y un año lleno de lucha y esperanza.



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