Guadalupanismo zapotlense

Fernando G. Castolo

El caso de la presencia Guadalupana en nuestra comunidad aún es incierto en sus orígenes; lo cierto es que en la confirmación del juramento a Señor San José, después de los acontecimientos sísmicos del 25 de marzo de 1806, el llamado Temblor de la Encarnación, se lee textualmente que se "jura igualmente como patrona especial contra los temblores a la Virgen María en su advocación de Guadalupe", cuya función especialísima se le hará en esa fecha (del 25 de marzo), o en cualesquiera que no interfiera en las solemnidades calendarizadas del 12 de diciembre.

Además, en la pintura que existe de José Estrada, en la que representa el lamentable episodio del Temblor de la Encarnación, se observa que existía una capilla dedicada a Santa María de Guadalupe dentro del gran conjunto conventual de Zapotlán, a un costado del templo de la Tercera Orden.

Entonces, es probable que la Virgen Guadalupana haya sido jurada inicialmente patrona contra los temblores en alguna fecha que oscila alrededor de la segunda mitad del siglo XVIII; quizá muy cercana a la fundación del Pueblo de Santa María de Guadalupe de Tecalitlán, cuyo primer alcalde era muy devoto de la imagen Mariana.

Al paso de los años, en el mismo espacio en que fue construido el templo de Nuestra Señora del Sagrado Corazón (en la segunda mitad del siglo XIX), que pereció en los acontecimientos sísmicos del 7 de junio de 1911, por iniciativa del Cura Silviano Carrillo Cárdenas, es depositada la primera piedra de lo que hoy conocemos como el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, hermosa edificación de corte ecléctico diseñada por el notable arquitecto Guillermo de Alba.

Hoy en día, la religiosidad popular en torno a la Guadalupana se ha extendido gracias a su gran difusión como "Madre de todos los mexicanos", representando un símbolo de unión y fraternidad.

Inclusive se le ha erigido una Ermita en la que se convocan centenares de feligreses en el llamado Cerrito de la Virgen, muy cerca de Huescalapa... Santa María de Guadalupe junto con Señor San José, son los patronos juramentados contra los temblores en esta antigua Zapotlán el Grande.