Víctor Hugo Prado
Durante la FIL tuve la oportunidad de estar en la presentación del número 126 de la revista TELOS, un medio español, dedicado a difundir el pensamiento, las artes, los temas sociales y de tecnología. La revista es patrocinada por la empresa Telefónica, quien, a su vez, estaba cumpliendo100 años de existencia. El tema central es la importancia del diálogo intergeneracional, la necesidad de promoverlo, de cultivarlo, de acrecentarlo, de no perderlo. Sobre todo, si consideramos que el uso de la tecnología, de la inteligencia artificial, de las redes sociales, los juegos en línea, la inseguridad o la polarización; por solo mencionar algunos, han impuesto barreras a las interacciones sociales, en la familia, entre vecinos, en el trabajo, escuelas, universidades, espacios públicos, centros comerciales, entre muchos otros más.
La pregunta ¿por qué es importante el dialogo intergeneracional? es fundamental, tienen muchas respuestas, dadas desde diferentes perspectivas. El diálogo es algo que no se debe perder, que se debe cultivar, acrecentar y crear las condiciones para hacerlo posible. Aquí expondré algunas de las razones de la importancia del dialogo intergeneracional:
Es determinante para conocer, conocernos y dejarse conocer.
Es un medio que posibilita el desarrollo del espíritu crítico.
Brinda pautas para conseguir la convivencia sin exclusiones entre personas de diferentes edades, diversa en sus pensamientos, culturas o conductas.
Permitirá el impulso de un nuevo contrato social entre generaciones para evitar la exclusión de la conversación y de la convivencia social, de personas en edad avanzada; frente a ello, necesitamos crear entornos solidarios, para evitar que la soledad fracture a todos: a unos por adentrase a sus temas específicos y particulares de frontera; a otros, porque simplemente no tienen acceso a ellos.
Se dice que el diálogo entre generaciones es esencial para preservar la democracia, promover la comprensión mutua y reducir la polarización fomentando la participación ciudadana desde todas las edades.
Y que tal, que, en el diálogo intergeneracional, con el presente y el futuro digital que se desarrolla de manera vertiginosa, se puedan conjuntar la sabiduría y experiencia de los mayores y la destreza tecnológica de las y los jóvenes, quizá podríamos poner en el centro retos comunes, entre ellos: el cambio climático, la movilidad, la migración, la falta de oferta cultural, el desarrollo político, el combate a la pobreza o a la desigualdad.
Lo que queda claro es que el mundo lo cohabitamos distintos grupos etarios, que hemos dejado de dialogar de manera activa, generosa y transparente. Es crucial reconstruir tejidos sociales afectados además por la violencia creciente, donde el diálogo es una formula que puede impulsar la participación ciudadana en búsqueda de atender y solventar asuntos comunes, asuntos de todos.
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