Fernando G.
Castolo*
Su ideología liberal le permitió una influencia en sectores intelectuales de Guadalajara. Su interés por impulsar el conocimiento y generar talentos, lo llevó a ser co-fundador de la Escuela Secundaria "Benito Juárez", así como de la Escuela Preparatoria, la que muy pronto, gracias a sus buenos oficios, logró que se incorporara a la Universidad de Guadalajara. Ahí, en la Preparatoria, impartía las cátedras de Trigonometría, Álgebra y Química Inorgánica.
A pesar de ser un maestro de recias actitudes, dice Vicente Preciado Zacarías, era muy querido y apreciado por los alumnos. Fue un líder moral para los miembros de la masonería local, por lo que era constantemente invitado para ofrecer muy sentidos discursos en los ceremoniales del héroe de la Reforma don Benito Juárez.
Tenía fama de ser muy enamoradizo, que le gustaba ofrecer serenatas y componer versos para las muchachas, quienes recibían los elogios con gran simpatía. Lo cierto es que, en su historial, tiene registrados hasta tres matrimonios: con Elena Ramírez hacia 1930, con María Borja Radillo hacia 1933, y con María de la Cruz Hurtado hacia 1936. Aunque no perteneció a grupos culturales, se le vincula con el "Cervantes Saavedra" fundado en 1932, y con el "Arquitrabe" fundado en 1944.
Como profesional de la medicina tenía fama de ser altruista, siempre procurando evitar cobrar sus honorarios a las gentes vulnerables. Se sabe que muchos guzmanenses lograron realizar estudios profesionales en Guadalajara gracias a sus "recomendaciones", las que redactaba y dirigía a colegas tapatíos.
Fallecería nuestro personaje en la ciudad de México. Bien valdría la pena escribir una novela sobre este polémico personaje que se radicó en la ciudad y que hizo mucho por su medio social.
*Historiador e investigador.
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