Salvador Encarnación*
Enrique García González, el autor del libro: Gral. José María Donato Guerra Orozco, nació el 12 de febrero de 1930 en la exhacienda de La Magdalena, ahora Pueblo de Juárez, municipio de Coquimatlán, Colima. Llegó a Teocuitatlán de Corona como pasante de medicina en 1958 y desde entonces radica en esa población. Otras de sus investigaciones son sobre arqueología, Amado Guadarrama López y personajes de ese municipio.
El libro Gral. José María Donato Guerra Orozco, inicia con la frase: “Un hombre sin tacha y sin miedo” que califica a las acciones de este militar nacido en Teocuitatlán el día 22 de octubre de 1832. Escrito de una forma secuencial y por medio de subtítulos, el lector se va enterando desde el dónde nació el prócer o aspectos sociales que lo acompañaron en su niñez más, posteriormente, su vida como militar.
El libro hace énfasis, como es de esperarse, en la vida militar del Gral. Guerra. Ella fue una lucha continua en contra de la intervención francesa. Primero como soldado de la Guardia Nacional cuando contaba con veintiséis años de edad y la segunda, en 1864, con el grado de capitán de caballería (de inicio), bajo el mando del Gral. Ramón Corona quien era Jefe de la Brigada de Tepic.
Se
destaca la batalla de La Coronilla ocurrida en el municipio de
Acatlán de Juárez: “…librada el 18 de diciembre de 1866, fue la
ultima de una serie de bravas acciones sostenidas en el Occidente
contra el invasor francés y los mexicanos partidarios del Imperio”.
Esta batalla estuvo bajo la responsabilidad del coronel Eulogio
Parra. “El enemigo dejó en poder de los republicanos 312
prisioneros de los cuales 101 fueron franceses; entre ellos 10
oficiales y el resto mexicanos imperialistas;…” Tres días
después de la batalla, 21 de diciembre, entró en triunfo Eulogio
Parra a la ciudad de Guadalajara. El 26 del mismo mes expide el
Decreto donde nombra: “Artículo único: Queda encargado
provisionalmente de la comandancia militar del Estado, el C. Coronel
Donato Guerra, con las facultades necesarias para resolver lo
conveniente en todos los ramos de la administración”. Este Decreto
fue firmado por Eulogio Parra y su secretario, Irineo Paz, el abuelo
del poeta Octavio Paz.
La efímera administración de Donato Guerra concluye con la llegada de Ramón Corona a Guadalajara el 14 de enero de 1867 quien nombró a Antonio Gómez Cuervo como Gobernador y Comandante militar de Jalisco. A Donato Guerra se le asignó el mando de los cantones de Lagos, La Barca, Sayula y Zapotlán.
El libro cuenta (sí, de contar) con brevedad, la carrera azarosa de Donato Guerra. Informa de su lealtad a Benito Juárez y su adhesión al Plan de La Noria de Porfirio Díaz, entre otros temas históricos de mencionar. El libro concluye con su captura en Ávalos, Chihuahua, y su asesinato, el 19 de septiembre de 1876, producido por treinta heridas de bala de distinto calibre más tres o cuatro de espada.
El H. Ayuntamiento de Teocuitatlán de Corona, en ese entonces presidido por Don Ricardo Sahagún Quiñonez, octubre de 2022, declaró Hijo Adoptivo y Predilecto al Dr. Enrique García González. Le acompañan los miembros del Cabildo. Foto: SE
Se anexan en el libro fotografías de familiares, así como el acta de bautismo de Donato Guerra.
Como dato anecdótico, ya en 1934, el general Simón Estrada, divulgó que Donato Guerra era originario de Sayula, Jalisco. Un año después, se levantó un monumento con el busto del general en el jardín Celso Vizcaíno ubicado en esa población. En 1943 se comprobó que era originario de Teocuitatlán. El H. Ayuntamiento de Sayula donó el monumento al de Teocuitatlán que lo situó en el jardín anexo a la presidencia municipal. Sobre este mismo punto, recordó el Dr. Enrique García González en una entrevista que le hicieron para El Informador: “Un día fui al Museo Regional de Guadalajara y en la planta alta, donde están unos jaliscienses ilustres, ahí vi que estaba el general Donato Guerra como originario de Sayula. Bajé, fui a la dirección y les dije:
—Oigan,
Donato Guerra no es de Sayula, es de Teocuitatlán.
—¿Lo
puede comprobar? Me contestaron.
A
los tres o cuatro días les llevé la copia fotostática del libro de
nacimientos. “A qué caray”. Dijeron. “Le vamos a cambiar”.
Duraron un año para cambiarle y yo vuelta y vuelta. Hasta que
dijeron:
—Mire, ya le cambiamos.
—A gracias. Con su permiso”.
Este
libro, Gral.
José María Donato Guerra Orozco,
ya inconseguible, se lee con agrado. Pertenece a ese género cuyo
objetivo es difundir, de manera suscinta, la obra de los próceres
locales con dimensión nacional.
Contar, se dijo líneas arriba. Se recuerda el consejo de Porfirio Barba Jacob escrito en el prólogo de uno de sus textos: “Así como dos camaradas se encuentran en la calle y charlan sin escrúpulos acerca de lo que han presenciado y de lo que han oído, yo hablo a los lectores con libertad y sencillez. Este libro no es, por tanto, sino una plática de amigo”.
* Miembro de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco. Capítulo sur.
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