martes, 19 de noviembre de 2024

La amenaza de los populistas

 




Víctor Hugo Prado


Escribe para Milenio Román Revueltas, que el mundo está cambiando para peor, la razón es que estamos muy embelesados con el canto de las sirenas de los populistas, precisamente ésos que nos llevarán a perder libertades y derechos.


La oleada de insatisfacción recorre nuestro planeta, México no escapa de ello, en tiempos que paradójicamente, señala “las condiciones de vida de la gente son mejores que nunca antes en la historia de la humanidad: la esclavitud se ha abolido, la gran mayoría de las naciones ya no aplican la pena de muerte, las enfermedades que antes diezmaban a la población se han erradicado gracias a los portentosos avances de la medicina moderna, hay mucho menos pobreza, existen sindicatos que defienden a los trabajadores, la democracia ofrece la facultad de deshacerse de los malos gobernantes, las ideas circulan sin censura, en fin, las bondades del proceso civilizatorio están ahí, a la vista de todos nosotros”.


No obstante, de tener a nuestro lado información que provee el Internet y el acceso a una incuantificable cantidad de medios en los que se puede contrastar los efectos del populismo y los daños que han provocado a países enteros, los ciudadanos siguen votando por lo más populistas, por los que más ponen en riesgo las libertades democráticas. Será digno de estudiarse a fondo las razones del voto latino a favor de Trump, después de que tan mal trato les ha otorgado.





Señala Revueltas que “Lo que no parece resultarnos evidente, a estas alturas todavía, es lo perniciosa y catastrófica que resulta esa decisión. Sería un asunto de tener las antenas bien desplegadas y detectar a tiempo las señales de alarma pero eso no ocurre”. Pone de ejemplo a Venezuela, con un régimen que ha expulsado a muchos de sus conciudadanos hacia otras naciones. Los que se quedaron sufren las consecuencias del desempleo, la pobreza, la falta de inversión, la desigualdad social y la pérdida de libertades. Pero el inicio fue de encantamiento de la mayoría de ciudadanos, esos encantadores ahora son sus verdugos. Lo mismo pasa con Nicaragua y Cuba, dos países que lograron deponer a dictadores (Batista y Somoza) mediante movimientos revolucionarios armados, la esperanza de sus pueblos con los años se ha convertido en repulsión hacia sus gobernantes, por la opresión que viven todos los días, por la falta de oportunidades en todos los órdenes como constante.


Darle la confianza del voto a un populista contiene un alto costo, señala Revueltas “El grandísimo problema es que después es muy tarde: cuando el pueblo se da cuenta de cómo están verdaderamente las cosas ya no hay marcha atrás. Tropezar una y otra vez con la misma piedra es muy costoso”.



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