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viernes, 22 de noviembre de 2024

Indigencia, la otra cara de la riqueza


 

Salvador Mateo


De acuerdo con especialistas, Jalisco se ha consolidado como la locomotora económica de México, destacándose por su economía diversificada que abarca desde agricultura y manufactura hasta tecnología y turismo. El estado no solo es famoso por su rica herencia cultural y tradiciones, sino también por ser un epicentro de innovación y desarrollo tecnológico. Gracias a una combinación de inversiones privadas y acciones gubernamentales ha impulsado su crecimiento, situándolo como un pilar fundamental para el desarrollo nacional.


El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ubica a la entidad en cuarto lugar en su Índice de Competitividad Estatal 2023 debido a su alto desarrollo en infraestructura. Este análisis incluye aspectos como el acceso a internet, telecomunicaciones y uso de servicios financieros y aéreos. Tales características han creado un entorno favorable para atraer inversiones.

El Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco (IIEG) registra, en 2023 el estado tuvo un crecimiento de 5.3% en el Producto Interno Bruto (PIB), con lo cual se posicionó como la cuarta economía más importante del país. Durante 2023 el estado aportó el 7.4% del PIB nacional a pesos constantes y la economía jalisciense superó el nivel prepandemia. Lo anterior coloca a Jalisco como la cuarta economía más grande de México; además, todas las actividades económicas en el estado: primarias, secundarias y terciarias, se ubican en el top tres por su aportación al PIB nacional en cada rubro.




Sin embargo, a pesar de que Jalisco es uno de los motores de la economía en México, la capital del estado, la principal metrópoli de la entidad se enfrenta a una de las calamidades sociales más dolorosas: La indigencia que es la otra cara de la riqueza. Aunque el fenómeno no es nuevo ni exclusivo de la entidad, en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) ha encendido las alarmas debido a que las personas en condición de calle se han incrementado no solo en el Centro Histórico sino también en muchas colonias de la ciudad.

Según el más reciente censo de los Ayuntamientos que conforman el AMG, al cierre de 2023, se reportaron dos mil 521 personas en situación de calle. La cifra casi duplica los mil 300 que las autoridades municipales estimaban en 2022. Guadalajara sigue siendo la ciudad con más personas en estas condiciones, con mil 779, pero se ha registrado una mayor presencia de esta población en el resto de los municipios. Tonalá es el segundo poblado con más personas en situación de calle, con 315.

Es de reconocer que, en atención al problema, el Gobierno de Jalisco destinará este año un presupuesto de 16 millones 750 mil pesos para proteger a estas personas durante la próxima temporada invernal, enfocado en la entrega de 29 mil apoyos, algunos de ellos para dar alimento y un techo dónde dormir. Las acciones consisten en la entrega de insumos como colchonetas, cobijas y despensas para mitigar los estragos del frío y el reforzamiento de los centros que les atienden, porque hay que estar ahí presentes con quienes están en condiciones vulnerables en la calle.





Pero, sin desconocer los gestos de solidaridad humana que han mostrado los gobiernos municipales y el gobierno estatal, así como, algunas asociaciones civiles que proporcionan alimento y ropa a las personas en situación de calle, los apoyos, aunque se incrementen o se llegue a contar con el apoyo de la Federación, no se ataca el problema de raíz y no es, por tanto, la solución de fondo.


Las grandes masas de indigentes que crecen, cada vez más, en el Área Metropolitana de Guadalajara y en el país, demuestran que el crecimiento económico donde prevalezca el neoliberalismo, la expresión más brutal del capitalismo beneficia solo a unos cuantos empresarios exportadores, generalmente extranjeros que obtienen utilidades por muchos millones de dólares, mientras que la inmensa mayoría de los mexicanos siguen cayendo en situación de pobreza y pobreza extrema. En México, la brecha entre ricos y pobres se ha vuelto abismal y la indigencia en Guadalajara es la otra cara de la riqueza. La pobreza y la riqueza no van separados, una es consecuencia obligada de la otra.
En México hay pobreza porque prevalece el neoliberalismo económico que no reparte la riqueza y deja sin alimento, medicina, vivienda y sin educación a la inmensa mayoría del pueblo trabajador, pero, si los trabajadores se organizan y se educan, pueden acabar con él para crear un mundo de paz, justicia y de equidad social.

El pueblo organizado y educado debe tomar el poder en sus manos, solo así podrá barrer con el modelo neoliberal, no con la empresa o con el capital privado, pues estos deben existir pero tienen que actuar de manera racional. Se debe acabar con la pobreza y este flagelo social, solo será posible si se cambia el modelo económico.




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