Salvador Mateo
De acuerdo con
especialistas, Jalisco se ha consolidado como la locomotora económica
de México, destacándose por su economía diversificada que abarca
desde agricultura y manufactura hasta tecnología y turismo. El
estado no solo es famoso por su rica herencia cultural y tradiciones,
sino también por ser un epicentro de innovación y desarrollo
tecnológico. Gracias a una combinación de inversiones privadas y
acciones gubernamentales ha impulsado su crecimiento, situándolo
como un pilar fundamental para el desarrollo nacional.
El Instituto
Mexicano para la Competitividad (IMCO) ubica a la entidad en cuarto
lugar en su Índice de Competitividad Estatal 2023 debido a su alto
desarrollo en infraestructura. Este análisis incluye aspectos como
el acceso a internet, telecomunicaciones y uso de servicios
financieros y aéreos. Tales características han creado un entorno
favorable para atraer inversiones.
El Instituto de
Información Estadística y Geográfica de Jalisco (IIEG) registra,
en 2023 el estado tuvo un crecimiento de 5.3% en el Producto Interno
Bruto (PIB), con lo cual se posicionó como la cuarta economía más
importante del país. Durante 2023 el estado aportó el 7.4% del PIB
nacional a pesos constantes y la economía jalisciense superó el
nivel prepandemia. Lo anterior coloca a Jalisco como la cuarta
economía más grande de México; además, todas las actividades
económicas en el estado: primarias, secundarias y terciarias, se
ubican en el top tres por su aportación al PIB nacional en cada
rubro.
Sin embargo, a
pesar de que Jalisco es uno de los motores de la economía en México,
la capital del estado, la principal metrópoli de la entidad se
enfrenta a una de las calamidades sociales más dolorosas: La
indigencia que es la otra cara de la riqueza. Aunque el fenómeno no
es nuevo ni exclusivo de la entidad, en el Área Metropolitana de
Guadalajara (AMG) ha encendido las alarmas debido a que las personas
en condición de calle se han incrementado no solo en el Centro
Histórico sino también en muchas colonias de la ciudad.
Según el más
reciente censo de los Ayuntamientos que conforman el AMG, al cierre
de 2023, se reportaron dos mil 521 personas en situación de calle.
La cifra casi duplica los mil 300 que las autoridades municipales
estimaban en 2022. Guadalajara sigue siendo la ciudad con más
personas en estas condiciones, con mil 779, pero se ha registrado una
mayor presencia de esta población en el resto de los municipios.
Tonalá es el segundo poblado con más personas en situación de
calle, con 315.
Es de reconocer que, en atención al problema,
el Gobierno de Jalisco destinará este año un presupuesto de 16
millones 750 mil pesos para proteger a estas personas durante la
próxima temporada invernal, enfocado en la entrega de 29 mil apoyos,
algunos de ellos para dar alimento y un techo dónde dormir. Las
acciones consisten en la entrega de insumos como colchonetas, cobijas
y despensas para mitigar los estragos del frío y el reforzamiento de
los centros que les atienden, porque hay que estar ahí presentes con
quienes están en condiciones vulnerables en la calle.
Pero, sin desconocer los gestos de solidaridad humana que han mostrado los gobiernos municipales y el gobierno estatal, así como, algunas asociaciones civiles que proporcionan alimento y ropa a las personas en situación de calle, los apoyos, aunque se incrementen o se llegue a contar con el apoyo de la Federación, no se ataca el problema de raíz y no es, por tanto, la solución de fondo.
Las grandes
masas de indigentes que crecen, cada vez más, en el Área
Metropolitana de Guadalajara y en el país, demuestran que el
crecimiento económico donde prevalezca el neoliberalismo, la
expresión más brutal del capitalismo beneficia solo a unos cuantos
empresarios exportadores, generalmente extranjeros que obtienen
utilidades por muchos millones de dólares, mientras que la inmensa
mayoría de los mexicanos siguen cayendo en situación de pobreza y
pobreza extrema. En México, la brecha entre ricos y pobres se ha
vuelto abismal y la indigencia en Guadalajara es la otra cara de la
riqueza. La pobreza y la riqueza no van separados, una es
consecuencia obligada de la otra.
En México hay pobreza porque
prevalece el neoliberalismo económico que no reparte la riqueza y
deja sin alimento, medicina, vivienda y sin educación a la inmensa
mayoría del pueblo trabajador, pero, si los trabajadores se
organizan y se educan, pueden acabar con él para crear un mundo de
paz, justicia y de equidad social.
El pueblo organizado y educado debe tomar el poder en sus manos, solo así podrá barrer con el modelo neoliberal, no con la empresa o con el capital privado, pues estos deben existir pero tienen que actuar de manera racional. Se debe acabar con la pobreza y este flagelo social, solo será posible si se cambia el modelo económico.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario