Nuestro primer objetivo será adquirir un dominio de nosotros mismos.
— Doce Pasos y Doce Tradiciones, p.
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Conducir mi coche a mi trabajo me da la oportunidad de
autoexaminarme… Un día, mientras hacía este viaje, empecé a
revisar mi progreso en sobriedad, y no me gustó mucho lo que vi.
Esperaba que a medida que el día progresaba, yo olvidaría esos
pensamientos molestos, pero según se sucedían los desengaños, mi
descontento solamente crecía y las presiones internas seguían
aumentando. Me retiré a una mesa aislada en el salón de recreo y me
pregunté a mí mismo cómo podía sacar el mejor provecho del resto
del día. Cuando las cosas iban mal en el pasado, instintivamente yo
quería combatirlas. Pero durante el corto tiempo que había estado
tratando de vivir el programa de A.A., aprendí a retroceder un paso
y mirarme a mí mismo. Reconocí que, aunque yo no era la persona que
quería ser ya no reaccionaba como hacía antes. Aquellos viejos
moldes de comportamiento solamente trajeron dolor y tristeza para mí
y para otros.
Regresé a mi puesto de trabajo, resuelto
a hacer de este día un día productivo, agradeciéndole a Dios la
oportunidad de hacer progresos ese día.
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