lunes, 14 de octubre de 2024

Ocúpate


 

Ocúpate, pues, de que tu relación con Él ande bien y grandes acontecimientos te sucederán a ti y a infinidad de otros. Esta es para nosotros la Gran Realidad.

— Alcohólicos Anónimos, p. 164



Tener una relación buena con Dios me parecía ser imposible. Mi pasado caótico me había dejado lleno de culpabilidad y remordimiento y yo me preguntaba cómo podría funcionar este “asunto de Dios”. A.A. me dijo que yo debía poner mi vida y mi voluntad al cuidado de Dios, como yo lo concibiera. Sin tener otro lugar donde acudir, me puse de rodillas y exclamé, “¡Dios, yo no puedo hacerlo, por favor ayúdame!” Cuando admití mi impotencia, un rayito de luz empezó a llegar a mi alma, y luego emergió mi disposición a dejar que Dios controlase mi vida.

Con Él como guía, grandes acontecimientos empezaron a suceder y encontré el comienzo de la sobriedad.


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