Federico Vergara Mendoza, el héroe cultural de Zapotlán

Fernando G. Castolo*

Federico Vergara Mendoza es un poeta del que nadie se ha ocupado. Pareciera que el sólo hecho de ostentar en su nombre un apellido de rancio abolengo local, lo hacen apartarlo, irremediablemente, del grupo de intelectuales de Ciudad Guzmán. Federico es una de esas personalidades destacadas de la comunidad durante los álgidos tiempos de la llamada guerra Cristera.

Su dimensión heroica no se debe a que tomó las armas o a qué defendió con arrojo la fé de Cristo en momentos difíciles y cruentos. No. Su heroísmo fue en el ambiente cultural, cuando en 1925 es clausurado y desmantelado el rico repositorio bibliográfico del Seminario de Zapotlán.

Federico, que era un fervoroso amante de los libros, de la lectura y de la manufactura escritural, rescata la maltrecha biblioteca y la salvaguarda en su residencia por algunos años. Este gesto tan noble de él nos ha permitido conservar con celo algunos ejemplares del abatido Seminario hasta nuestros días, de cuyas riquezas nos da cuenta el diplomático Guillermo Jiménez en su plaqueta "Quién es el autor de la Imitación de Cristo?" Federico Vergara Mendoza nació el 12 de mayo de 1894, hijo del empresario jabonero don Benigno Vergara y de doña Taurina Mendoza.

Fue co-fundador del Grupo Cultural "Cervantes Saavedra" en 1932, junto con otros importantes intelectuales como José Manuel Ponce Segura, Alfredo Velasco Cisneros, Francisco Valencia Arreola, María Cristina Pérez Vizcaíno y una camada más de ilustres personajes que son considerados, hoy en día, el soportal de una época dorada de las letras locales.

Elevamos, pues, nuestro humilde homenaje a este personaje que dejó una huella importante en la trascendente cultura local: el héroe que rescató los libros de uno de los repositorios más emblemáticos de la ciudad.