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martes, 3 de septiembre de 2024

Productores de leche en quiebra, legado de la 4T


 

Salvador Mateo



De acuerdo con investigadores de diferentes centros universitarios, entre ellos la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad de Guadalajara (UdeG), el estado de Jalisco es el principal productor de leche a nivel nacional desde hace varias décadas con una participación promedio del 20 por ciento de la producción total del país, esto es gracias al trabajo de 16 mil familias que se dedican a la producción de este alimento y generan alrededor de 150 mil empleos. Contribuye de manera importante la región de los Altos de Jalisco con una participación de poco más del 60 por ciento de la producción total en el Estado.


Un estudio publicado por la UNAM titulado “Los Altos de Jalisco y la Comarca Lagunera dentro del contexto nacional de la producción de leche”, revela que a fines de los años ochenta, con el fin de mejorar la calidad de la leche, las empresas procesadoras de la región junto con el apoyo del gobierno estatal y federal impulsaron el establecimiento de tanques de enfriamiento individuales y colectivos en las propias comunidades de los productores. Fue hasta inicios de los noventa cuanto el incremento en la oferta de leche comenzó a ser un problema en la zona de los Altos debido al incremento en la productividad.

Uno de los problemas al que se enfrentó la producción lechera, es que la demanda de leche de la agroindustria es más estable, sobre todo la que se dedica a la pasteurización, por lo que resulta muy problemático para el productor de leche quien a final de cuentas no encuentra compradores para su producto, o en el mejor de los casos, recibe un precio inferior por su leche, señala el texto.






Por otra parte, a diferencia de otras ramas productivas, en el caso de la producción de leche, la política de apoyos mediante subsidios y otros mecanismos que se dan en muchos de los países desarrollados, generan un crecimiento de la producción y una consecuente reducción de los precios a nivel mundial. Al final del proceso, los países, como el caso de México que destinan miseros apoyos al campo los productores nacionales se ven imposibilitados para competir con sus productos lácteos en un mercado altamente subsidiado, sobre todo con el de los Estados Unidos, provocando la quiebra masiva de los productores locales.

El que escribe estas líneas tiene contacto con algunos pequeños productores de leche de Lagos de Moreno, quienes pese al trabajo duro del campo saben cuáles son las causas de la crisis por la que atraviesan las familias que se han dedicado por años a producir dicho alimento básico. Sostienen que en efecto el problema no es nuevo, pues desde hace décadas afrontan serios problemas de comercialización, enfrentando pérdidas económicas sobre todo los pequeños y medianos, pero fueron las políticas que implementó el actual gobierno federal lo que aceleró la quiebra de los productores de leche de nuestro país.

Señalan que a diferencia de gobiernos anteriores, en este sexenio solo les han llegado a entregar unos cuantos bultos de fertilizante. Es decir, los lecheros de Jalisco solamente han alcanzado a recibir dádivas de este gobierno morenista y lo peor es que la 4T además de haber dejado prácticamente a suerte a los que producen uno de los alimentos básicos, respalda las importaciones.






Lideres de asociaciones ganaderas, denuncian que con el respaldo de López Obrador, muchas empresas, incluida Liconsa, están comprando mucha leche en polvo de los Estados Unidos, ya que les resulta muy barata y según datos del Departamento de Agricultura de EU (USDA, por sus siglas en inglés), México se ha convertido ya en el primer destino de su leche en polvo. Hoy, con 50 pesos, los industriales pueden hacer diez litros de leche, pero el beneficio no se ve reflejado en los bolsillos de los consumidores. Pese a que las industrias adquieren la materia prima importada a bajo costo, en cualquiera de las grandes tiendas de autoservicio o las tienditas de la esquina de cualquier barrio, la leche está, dependiendo la marca, entre 16 y 24 pesos por litro.

Los Productores de leche están en quiebra y es otro legado de la 4T. Esta situación tiene que cambiar, pues, mientras que en la región de Los Altos, la principal zona productora de leche en Jalisco, los ganaderos han estado tirando la leche ante la falta de recursos para pagar el combustible y llevarla a regalar desde sus establos hasta los centros de consumo, según algunos organismos no gubernamentales, alrededor del 40 por ciento de la población mexicana no consume lácteos, porque no alcanzan a adquirir la canasta básica.

Los productores de Los Altos además de conocer las causas de su bancarrota saben que una posible solución es organizarse para vender en volumen y calidad, conformar una estrategia colectiva, tener una visión empresarial como gente de campo como lo hacen algunos productores europeos. Es obvio que esta salida debe contar con el respaldo total del gobierno federal, pero el sector lechero está desconcertado y decepcionado por las promesas incumplidas del presidente López Obrador y cuyas políticas dará continuidad su sucesora, Claudia Sheinbaum Pardo.






Pero el pueblo trabajador del campo de nuestro país, debe entender que no puede esperar nada bueno de la 4T, pues se trata de un nuevo neoliberalismo maquillado de gobierno al servicio de los pobres, su verdadero propósito es renovar la cúpula financiera e industrial del país, adelgazar al estado mexicano y debilitarlo frente a los poderosos intereses geopolíticos del imperio y reforzar, ahora con el apoyo de un pueblo engañado, las cadenas que atan a México al carro del imperialismo norteamericano.

Lo que se necesita para eliminar los graves males que azotan al país, entre ellos la quiebra de los lecheros de Los Altos de Jalisco, es el establecimiento de una economía planificada que regule la producción de acuerdo con las necesidades del pueblo, donde se garantice en primer lugar alimentación saludable para todos los mexicanos y tener hombres y mujeres sanos y fuertes capaces de producir más y mejor en beneficio de todos. Para ello es necesario que el gobierno federal destine, no solo dádivas, sino todos los recursos que sean necesarios en subsidios y otros mecanismos que incentiven realmente la producción agropecuaria. Esta honrosa tarea, solo puede ser llevada a cabo por una gran fuerza social, conformada por millones de mexicanos fuertemente organizados y educados.




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