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jueves, 5 de septiembre de 2024

Palestina, Irán e Israel; la carrera hacía un conflicto nuclear



Mtro. Jesse Martínez



Hace un mes que Ismail Haniyeh, líder del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), fue asesinado en Teherán, capital de Irán. El político palestino había asistido a la toma de protesta del nuevo presidente iraní, Masoud Pezeshkian; así, en el contexto de la invasión de Israel a Gaza, su presencia en dicho evento era sobre todo un mensaje político de Irán a Israel, el cual reafirmaba el compromiso y apoyo de la república islámica con la resistencia y causa del pueblo palestino. Contar con la presencia de Haniyeh en este importante evento era, pues, una celebración entre aliados, manifestación expresa del poderío iraní y un vigoroso símbolo de autoridad para el resto del mundo musulmán.




Fue en este contexto que la celebración se convirtió en luto, en una derrota política de enormes proporciones para Hamás, pero sobre todo para Irán. El asesinato de Haniyeh puso en jaque al nuevo gobierno iraní desde el primer día, le propinó un desprestigio instantaneo, mostró su vulnerabilidad y lo más importantefue un mensaje directo para el líder supremo ayatolá Alí Jameneí: Israel tiene la capacidad de llegar a él y no hay lugar seguro dentro de Irán. Los persas juraron una dura venganza, la cual aún no llega y quizá su tardanza sea por la cuestión central que en este texto se plantea.

Ambas partes, Israel e Irán, se han venido envolviendo en una espiral continua de violencia y ruptura de líneas rojas. Israel ha implementado desde hace tiempo una estrategia punitiva, eliminando elementos clave del régimen iraní o figuras destacadas de sus aliados proxies en Medio Oriente (principalmente del grupo libanes Hezbollah). Sus golpes han sido definitorios en desgastar el poder iraní, pero sin llegar a ser lo suficientemente “grandes” para desatar una confrontación abierta. Sin embargo, esto cambió cuando el 1 de abril del presente año Israel atacó la embajada de Irán en Damasco, Siria, dando muerte a Mohammed Reza Zahedi,el oficial militar iraní de más alto rango hasta entonces y figura crucial de la Guardia Revolucionaria. Esta violación del derecho internacional no podía quedar impune; la respuesta de Irán fue realizar su primer ataque directo a Israel con más de 300 misiles y drones el 13 de abril.





Contrario a lo esperado, estas agresiones frontales y que marcan un nuevo hito en la historia entre ambos países, no desembocaron en una confrontación abierta. ¿Por qué?

Por el lado de Israel su posición está sumamente erosionada por la brutal y sangrienta invasión a Gaza. La muerte de más de 30 mil civiles palestinos —un tercio de ellos infantes y pruebas que dan evidencia de un genocidioha provocado la condena internacional y el rechazo a las acciones militares del gobierno de Benjamín Netanyahu. Además, al interior de Israel también existe un marcado rechazo a la política del primer ministro. Es muy posible que estos factores hayan sido el principal disuasor para que Tel Aviv evitara lanzar a las Fuerzas de Defensa de Israel contra el país persa. Pese a ello, la postura de Netanyahu es de suma hostilidad y agresión a sus enemigos regionales; no se puede descartar que en cualquier momento suceda un nuevo ataque a una figura de la élite política y/o militar o, incluso, un ataque preventivo directo contra Irán.

¿Cuál sería el motivo para que Israel asestara un primer golpe directo y frontal en tierra del ayatolá? La respuesta está en lo que posiblemente fue también el motivo por el cual Irán lanzó un ataque limitado a Israel aquel 13 de abril y su venganza por el asesinato de Haniyeh no ha sucedió: su objetivo principal es conseguir el arma nuclear.






La trama del programa nuclear iraní se extiende por décadas; sanciones, negociaciones, amenazas… han sido el condimento de esta ensalada discursiva donde se mezcla la diplomacia, el poder militar, la tecnología y el juego geopolítico. Para Israel este punto es la máxima de las líneas rojas; Irán no puede ni debe conseguir armas nucleares. Paralelamente, y conforme al Organismo Internacional de Energía Atómica, de mayo a la fecha Irán ha aumentado la cantidad de uranio enriquecido al 60% (para uso militar es necesario enriquecerlo al 80-90%). En octubre de 2023, un informe del Pentágono estima que Irán tendría capacidad de conseguir el arma nuclear en semanas; según la mayoría de expertos internacionales y organismos especializados, Irán cuenta con la capacidad técnica y los componentes necesarios para conseguir el arma nuclear en un plazo de semanas o meses.

¿Acaso la “pasividad” de Irán se debe al interés de proteger su programa nuclear y evitar una guerra abierta antes de obtener armas nucleares y en número suficiente? Muy posiblemente la respuesta es sí. El ejemplo de Corea del Norte es contundente; un país con capacidad nuclear pasa a ser miembro de una élite y consigue un poder de disuasión enorme. Si Irán llega a su objetivo conseguirá un poder militar al que solo un selecto grupo de países tienen acceso, tendrá una mayor capacidad de negociación política y jugará un papel de potencia estratégica entre Asia, Europa y África.






Modificando la perspectiva; Irán no solo actúa de una manera reactiva, sino que ahora está en una carrera activa donde la cuenta regresiva se acelera mientras más se acerca a su meta. Cuanto más próximo esté del arma nuclear, más crece la amenaza de un ataque de Israel; y no cualquier ataque, probablemente un ataque nuclear. Israel nunca ha aceptado ni rechazado la posesión de armas nucleares, pero se estima que cuenta con una capacidad de 90 ojivas.

Este escenario no es nada alentador, pero es el resultado de un proceso histórico y geopolítico de largo alcance donde se ha apostado por la fuerza, la imposición y la injusticia hacia un pueblo al que se le ha negado una existencia y defensa legítimas: Palestina. Hoy el conflicto se ha expandido por toda la región y su dinámica cambiará cuando las armas nucleares pasen a primera fila; ya sea porque Irán las consiga, o porque Israel se lo impida, la guerra total en Medio Oriente es cuestión de tiempo. La única esperanza es modificarr el tablero y la dinánica de su dirección dando solución al problema de raíz: el reconocimiento de un Estado Palestino libre y soberano con el respaldo y protección de las potencias musulmanas de la región, fundamentalmente Irán.


*Email: jesse.1984@outlook.com




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