lunes, 9 de septiembre de 2024

Las letras de Zapotlán el Grande en la obra de Fernando G. Castolo


 

Pedro Valderrama Villanueva



Fernando G. Castolo en el sur de Jalisco es sinónimo de todo lo que tenga que ver con el pasado de Zapotlán el Grande. Desde hace más de veinte años se desempeña como cronista del municipio, actividad que ha llevado a cabo desde el Archivo Histórico, desde donde ha encabezado un ambicioso proyecto editorial, además de desarrollar su obra desde allí.



A pesar de su intensa labor desde Ciudad Guzmán, en Guadalajara, donde realizó estudios de arquitectura en la UdeG, sus aportaciones son poco conocidas y su extensa bibliografía no circula. Por desgracia, este fenómeno le ocurre a la mayoría de los escritores que publican fuera de la capital jalisciense, el interés (y apoyo) que reciben es, por lo general, casi nulo.

Los libros de Fernando G. Castolo, hasta ahora, han tratado los más diversos temas que tratan sobre su municipio. Sin embargo, entre sus cuantiosos títulos, también hallamos algunos que aportan al conocimiento de los estudios literarios en la entidad. Entre sus libros, dentro del terreno de las letras, hallamos Zapotlán en libros y relación de personajes destacados de la localidad (2009), publicado en edición de autor, reúne en apenas 75 páginas una extensa relación bibliográfica útil para cualquier interesado en adentrarse en la historia y acercarse a algunas de sus figuras. El autor en el respectivo prólogo escribe:



El objetivo de esta publicación es con la pretensión única de ofrecer a los estudiosos, investigadores o simples lectores una prospección de la capacidad bibliográfica que se ha generado desde o para Zapotlán, material que hemos logrado reunir, en su mayoría, gracias a la generosidad de sus respectivos autores y, en otros casos, a la acuciosa búsqueda de textos que permiten mejor conocer y desentrañar la historia de la ciudad y de sus habitantes.





Cartulario. Muestra de letras zapotlenses (2018) es, dentro de la bibliografía de Castolo, tal vez su libro más ambicioso hasta el momento, al menos en lo que se refiere a la literatura. Este volumen, de poco más de 500 páginas, y donde reúne el trabajo de cerca de 200 escritores oriundos o avecinados en Zapotlán el Grande, es en buena medida equiparable al titánico Escritores jaliscienses (1982 y 1984), de Sara Velasco, que continúa siendo el muestrario más completo. A propósito, Velasco, autora de la cuarta de forros de Cartulario, expresa al respecto:


Este Cartulario de Fernando G, Castolo reúne la mayor cantidad de escritores zapotlenses que se haya realizado antes. Pero no sólo aparecen aquí textos de autores originarios de esta región de Jalisco, sino también de quienes escribieron sobre Zapotlán y son procedentes de diferentes ciudades y países […] El autor nos conduce por la poesía del pasado y del presente para compartir la pasión que debe tenerse a los ancestros y, asimismo, añade a su numerosa producción histórica-literaria esta nueva joya bibliográfica.



Además, Fernando G. Castolo es responsable de compilar Del olvido a la memoria. El Zapotlán de Vicente (2022), sobre la obra de Vicente Preciado Zacarías, y también prologó Inquietudes imprevistas (2024), compilado por Salvador Encarnaciòn, que reúne los artículos dispersos de Guillermo Jiménez.


En su más reciente libro, Lumaquela (2024), Castolo se estrena como detective de bajos fondos literarios, revelándonos, una vez más, su capacidad para hurgar entre archivos y librerías de viejo, para mostrarnos la obra literaria de un auténtico olvidado.




Lumaquela rescata la vida y obra de Franco Beas, autor que publicó buena parte de su trabajo en la década de 1930 en el periódico Plus Ultra y de quien poco o nada se conoce. Castolo se da la tarea, en la presente investigación, de desentrañar el misterio que envuelve la vida del poeta zapotlense. Castolo ofrece diversas hipótesis que explican los posibles orígenes del misterioso escritor.

El investigador también destaca detalles importantes con respecto al primer grupo literario de Zapotlán el Grande del siglo pasado, “Cervantes Saavedra”, (antecedente del grupo “Arquitrabe”) y el certamen literario que organizaba, entre otra información relevante, además de ofrecer una muestra de los poemas localizados de Beas en Plus Ultra.





Fernando G. Castolo, como apreciamos, ha ofrecido importantes materiales que todo interesado en la producción literaria de Zapotlán el Grande debe consultar. Cartulario y Lumaquela, en el terreno de la literatura, son, sin duda, sus dos aportaciones principales hasta el momento. No me queda duda que en los próximos años, el cronista ofrecerá nuevos títulos que continúen abonando a la riqueza literaria del occidente de México.


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